El carácter imprevisible de los desastres naturales y las emergencias plantea un gran desafío a nivel mundial a pesar de los avances en el desarrollo de sistemas de alerta temprana y un mayor conocimiento de los factores que contribuyen a ellos. Pero es la complejidad y singularidad de cada desastre el verdadero reto, pues requieren de un enfoque personalizado para la respuesta.
En este sentido, la planificación y preparación de todos los agentes implicados es crucial. Un aspecto en el que los profesionales farmacéuticos están implicados. Por ello, la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP) ha actualizado las recomendaciones para los farmacéuticos a la hora de la gestión de este tipo de incidentes a través de una nueva declaración. En este sentido, los farmacéuticos, así como otros expertos, deberían estar incluidos en todas las fases de la gestión de desastres y emergencias: mitigación de riesgos, preparación, respuesta y recuperación.
Y es que los farmacéuticos juegan un papel crítico en asegurar el acceso a la población a medicamentos esenciales durante desastres y emergencias. Como parte del proceso de planificación y preparación, estos profesionales trabajan con el gobierno, las autoridades locales y las agencias de gestión de emergencias y desastres para desarrollar y mantener planes de respuesta a emergencias y desastres; establecen relaciones con otros proveedores de atención médica y organizaciones comunitarias para coordinar los esfuerzos de planificación, preparación y respuesta; participan en simulacros y capacitación interdisciplinaria sobre desastres para prepararse para escenarios potenciales y ayudar a identificar áreas de mejora; o educan al público sobre la planificación y preparación para desastres y emergencias, como la creación de kits de emergencia y el almacenamiento de medicamentos de forma segura. Por tanto, el papel de los farmacéuticos en respuesta a un desastre es brindar atención continua a la población.
Contar con planes de preparación
La nueva declaración de la FIP, que actualiza el documento de 2016, ‘Responding to disasters: Guidelines for pharmacy’, realiza una serie de recomendaciones para las asociaciones profesionales de farmacia y las instituciones académicas, incluso sobre el desarrollo de capacidades y la investigación de la práctica farmacéutica durante emergencias, respectivamente.
En concreto, tener un plan local de respuesta a desastres y emergencias y participar en capacitación de preparación se encuentra entre las siete recomendaciones de la FIP para los farmacéuticos. “Esto puede incluir almacenar los suministros necesarios, desarrollar planes de evacuación y establecer canales de comunicación”, apunta el texto.
“Los desastres y las emergencias han ido en aumento, y es probable que la complejidad y gravedad de sus impactos aumenten debido a factores como el cambio climático, los desplazamientos, los conflictos, la urbanización rápida y no planificada, los peligros tecnológicos y las emergencias de salud pública. Los farmacéuticos desempeñan un papel fundamental para garantizar que las personas tengan acceso a medicamentos y suministros médicos esenciales durante desastres y emergencias”, ha expuesto Sylvain Grenier, presidente de la Sección de Farmacia Militar y de Emergencia de la FIP y copresidente del comité de políticas de la FIP que desarrolló la declaración.
Por otro lado, el profesional debe ser consciente de los planes de respuesta a desastres y emergencias en su lugar de trabajo y su papel individual dentro de estos planes. “Estos planes de respuesta a desastres y emergencias pueden cubrir la garantía de existencias adecuadas de medicamentos y suministros médicos esenciales, planes de comunicación de emergencia y procedimientos para hacer frente a escenarios probables, incluidos cortes de energía y escasez de agua”, señala la FIP.
Una tercera recomendación es mantener vínculos con sus redes profesionales locales y determinar su papel al responder a un desastre o emergencia. Asimismo, desarrollar un botiquín de primeros auxilios adecuado al contexto y sus habilidades será otro aspecto importante a tener en cuenta. Del mismo modo, la FIP insta a contar con un plan de evacuación y “kits de hibernación” (alimentos, agua, suministros sanitarios y comunicaciones) para zonas propensas a grandes desastres o emergencias.
Además, los farmacéuticos debería estar actualizados, participando en un desarrollo profesional continuo relevante para garantizar que estén equipados para responder de manera efectiva durante un desastre o emergencia. Y, finalmente, la FIP les aconseja colaborar con otros proveedores de atención médica, agencias de gestión de emergencias y desastres y organizaciones comunitarias para coordinar los esfuerzos de respuesta a emergencias y desastres.