A expensas de los últimos coletazos del periodo estival, la profesión farmacéutica ya piensa en un nuevo curso. Un inicio de temporada que, al igual que ocurrió con su precedente, también estará (por el momento) influenciado por la COVID-19. Ya se sabe lo que ello implica: la planificación de una ‘agenda’, o llevar a buen término la misma, queda supeditada a la evolución de la pandemia.
No obstante, en un escenario positivo en el que el SARS-CoV-2 vaya permitiendo recuperar proyectos y retos, este debe ser un curso en el que la farmacia ponga su vista en el domicilio… del paciente. Iniciativas como la atención farmacéutica domiciliaria o la dispensación domiciliaria de medicamentos hospitalarios (telefarmacia), impulsadas al albor de la pandemia, podrían quedar definitivamente asentadas en los próximos meses. Bien a través de proyectos nacionales o regionales, según el caso.
AF Domiciliaria: la siguiente, ¿Madrid?
En este sentido, en los últimos años algunas CC.AA como Galicia y Castilla-La Mancha han abierto la puerta a este servicio en sus normativas. Eso sí, no de forma tan expresa o extensa como desearía la profesión y ligada a entornos principalmente rurales.
Por ejemplo, en Galicia se alude a una “entrega informada de medicamentos” en el domicilio de pacientes dependientes. En el caso de la región castellana, la asistencia farmacéutica en el ámbito rural se ha regulado a través de la Ley de Medidas frente a la Despoblación aprobada el pasado mes de mayo.
Tras estas CC.AA pioneras, la Comunidad de Madrid es la siguiente que quiere unirse a este grupo. El Gobierno regional retomará la tramitación de una nueva Ley de Farmacia —presumiblemente antes de que finalice 2021— y la Consejería de Salud mantiene sus intenciones de reflejar en ella la citada atención domiciliaria por farmacéuticos comunitarios. La propia presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, es una de las principales defensoras de sumar esta labor asistencial de los farmacéuticos.
Incluso, con guiños expresos en sus discursos de investidura. “Los farmacéuticos no han dudado en subir la medicación a la casa de los pacientes durante la pandemia”, indicó.
Telefarmacia y entrega “coordinada”
De igual manera que la AFD ‘busca’ que no sea el paciente el que se desplace a la farmacia y sí al revés, lo mismo se persigue con otra de las actividades impulsadas en la pandemia: la entrega de medicamentos hospitalarios en los domicilios de los pacientes (telefarmacia). O, como alternativa, en su oficina de farmacia de referencia.
La práctica totalidad de CC.AA han puesto en marcha proyectos al respecto para evitar los desplazamientos de pacientes vulnerables a entornos hospitalarios en esta época pandémica. Una opción que fue puesta en marcha a iniciativa propia de los servicios de Farmacia al irrumpir el SARS-CoV-2, que posteriormente fue amparada por el conocido como RD de nueva normalidad y que próximamente podría ser incluida en la reforma de la Ley de Garantías que tiene el Gobierno central entre sus previsiones.
Cuando menos, a tenor de lo manifestado por la propia ministra Carolina Darias. La titular de la cartera de Sanidad es una de las principales valedoras de cara a asentar este servicio al margen de pandemias y de forma “coordinada” entre farmacia hospitalaria y comunitaria. “Es un camino que debemos seguir explorando. La coordinación que han tenido ambas estructuras farmacéuticas durante la pandemia es de destacar. Trabajamos en reforma de la Ley de Garantías y esa coordinación entre Farmacia Hospitalaria y oficinas de farmacia (en la dispensación de medicamentos hospitalarios) debería quedarse”, indicaba el pasado mes de mayo ante el auditorio ‘farmacéutico’ que asistía a los Premios y Medallas del CGCOF.
Cabe recordar que otros agentes, como es el caso de la distribución farmacéutica, ya se han ofrecido para facilitar el proceso logístico que permita acercar sus tratamientos a estos pacientes externos de los hospitales. De hecho, ya participan en aquellos proyectos regionales (Cantabria, Comunidad Valenciana..) en las que la botica es el punto de recogida de la medicación.
¿Funciones ligadas a la COVID-19?
Mientras siga presente la COVID-19, la labor de la profesión farmacéutica en todos sus niveles, como es el caso las boticas, seguirá revelándose como hasta ahora: fundamental.
No obstante, salvo diversas iniciativas asistenciales —como las ya citadas en este artículo y la realización de test de antígenos por farmacéuticos madrileños dentro de cribados públicos— o más recientes — es el caso de la notificación a los sistemas sanitarios de resultados positivos de test tras habilitarse la venta libre el 22 de julio— la farmacia comunitaria ha denunciado sentirse “infrautilizada” en la lucha contra la pandemia.
Un sentir, si no único, sí común en este colectivo. Por ello, si la Administración central no ha dado ese paso adelante con las farmacias en las fases más graves de la pandemia, costaría pensar en novedades al respecto en escenarios futuros más ‘controlados’.