Durante los últimos días casi toda España se ha visto afectada por el fenómeno meteorológico denominado como DANA, también conocido como gota fría. En algunas zonas de la península, sobre todo en Castilla-La Mancha y en Madrid, las precipitaciones han sido tan fuertes que han provocado el fallecimiento de varias personas y la petición de estas comunidades para que las declaren “zona gravemente afectada”. Muchas farmacias han tenido que cerrar, incluso algunas de ellas han quedado destruidas como consecuencia de las inundaciones. Como ha sucedido en la provincia de Toledo, donde siete boticas cerraron a causa del temporal y aún cuatro de ellas no han podido abrir.
“Tenemos farmacias que han desaparecido completamente”
Francisco Javier Jimeno, presidente del COF de Toledo
“Tenemos farmacias que han desaparecido completamente. En Yunclillos, por ejemplo, la farmacia ya no existe”, explica a EG Francisco Javier Jimeno, presidente del COF de Toledo. Lo que han hecho desde el Colegio es comunicar los cierres a las autoridades y han repartido las guardias en la zona farmacéutica. En algunas de estas localidades no hay consultorio y el único establecimiento sanitario abierto es una botica. A pesar de la gravedad de la situación, por ahora la asistencia farmacéutica se ha garantizado con el desplazamiento de la población a farmacias de poblaciones cercanas. “Trabajamos con Sanidad para ayudar al farmacéutico en todo lo posible, en todos los trámites administrativos para ver cuándo pueden abrir o si es necesario un cambio de local”, comenta Jimeno.
En las próximas fechas tocará resolver las partidas económicas por parte del consorcio de seguros y la solicitud de ayudas a las administraciones locales y provinciales. “Nosotros somos un colectivo afectado más, pero trabajamos de forma ágil para que los afectados puedan acceder a las ayudas”. ¿Sería necesario un protocolo para hacer frente a este tipo de situaciones? Para el presidente del COF de Toledo, sería necesario evitar que estos episodios drásticos no afecten tanto a la infraestructura de las poblaciones. “Los protocolos pueden ayudar pero hay situaciones que son impredecibles”, lamenta.
Marco de actuación
No existe un protocolo marco de actuación a nivel nacional en estas situaciones de emergencia climática, los Colegios de Farmacéuticos son los que responden, junto con las Consejerías de Sanidad y las administraciones locales, a las necesidades que puedan surgir. Por ejemplo, el texto refundido de la Ley de Garantías hace mención a situaciones de emergencia o catástrofe para que se garantice el suministro y abastecimiento, también permite la creación de botiquines por razones excepcionales. El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacia (CGCOF) tiene publicada una guía de Buenas Prácticas para la gestión de crisis sanitarias y situaciones de emergencia desde la farmacia comunitaria; porque “requieren de un plan de prevención y de preparación, una respuesta coordinada entre todos los agentes involucrados en la emergencia y de un plan de recuperación”. De esta manera, ofrecen una serie de consejos para determinar el papel del farmacéutico frente a las inclemencias climáticas. Incluso recogen diversas actuaciones según el tipo de emergencia.
Recomendaciones del CGCOF frente a inundaciones: comprobar si la zona en la que se sitúa la farmacia es una zona inundable. Si existe riesgo, colocar en un punto elevado medicamentos, equipos informáticos, panales eléctricos, registros o documentación importante, etc. También sería recomendable en este caso utilizar materiales impermeables y contar con sistemas de drenaje para desaguar rápidamente en caso de inundación. Después de una inundación hay que limpiar cuidadosamente las instalaciones para evitar la aparición de hongos que pueden ser perjudiciales para la salud del personal de la farmacia y revisar medicamentos que pudieran haberse visto afectados por el agua para desecharlos. Después de las inundaciones (también después de tormentas o en olas de calor en zonas húmedas) puede aumentar la población de insectos en la zona, especialmente de moscas y mosquitos, por lo que es previsible un aumento en la demanda de repelentes y productos para el alivio de picaduras de insectos.
Desde la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) también disponen de un documento con una serie de directrices a seguir por parte de los farmacéuticos en situaciones de emergencia y que comparte muchas líneas con la institución colegial. Desde el organismo internacional recuerdan que los desastres provocan un incremento de la demanda de atención sanitaria y que la respuesta por parte del farmacéutico afecta al alcance de sus efectos. “Como profesionales sanitarios, los farmacéuticos tienen un deber ético que va más allá del de un ciudadano corriente. En consecuencia, deben aceptar la responsabilidad de proporcionar ayuda a otras personas en situaciones de catástrofe”, señalan.
“Los farmacéuticos tienen un deber ético y deben aceptar la responsabilidad de proporcionar ayuda a otras personas en situaciones de catástrofe“
Documento de la FIP
Otras emergencias
En los últimos tiempos se han producido otras emergencias climáticas muy importantes que han requerido de acciones desde la farmacia comunitaria. Por ejemplo, tras la erupción del volcán de la isla de La Palma, los farmacéuticos habilitaron un procedimiento para facilitar el acceso a sus tratamientos a las personas desalojadas. De esta manera las personas afectadas podían acudir a las boticas para retirar sus medicamentos sin necesidad de tarjera sanitaria. De esta manera se daba respuesta al incremento de la demanda.
La borrasca Filomena también supuso un importante desafío para las oficinas de farmacia. En la Comunidad de Madrid, la red de oficinas de farmacia no cerró pese al temporal histórico de nieve que cayó sobre la región. Un compromiso de los profesionales que posibilitaron que más del 70 por ciento de las más de 2.900 farmacias permanecieran abiertas para atender a los ciudadanos.
En verano del año pasado, los intensos incendios en Zaragoza provocaron la evacuación de varios municipios y el cierre de farmacias y botiquines. La continuidad asostencial se puso solventar gracias a la labor de las boticas de localidades aledañas que garantizaron no sólo el acceso a la mediación, también fueron un apoyo emocional para los pacientes obligados a salir de sus hogares.