La adherencia y persistencia respecto al tratamiento y las pautas prescritas por un profesional sanitario dependen de muchos factores, algunos vinculados al propio paciente. Pero hay otros inconvenientes en el acceso al medicamento que son inherentes al propio sistema sanitario. Este es uno de los grandes frentes que se ha marcado la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac): consensuar las intervenciones farmacéuticas de dispensación excepcional para resolver problemas de acceso al tratamiento. “Uno de cada dos pacientes tiene problemas con la adherencia y si le ponemos más dificultades hay que corregirlo”, explica a EG Eduardo Satué, vicepresidente 2º de Sefac.

La farmacia comunitaria afronta a diario incidencias que impiden o dificultan la adecuada labor dispensadora del farmacéutico. Una situación que pone en riesgo la continuidad de los tratamientos por parte del paciente, que se ve obligado a acudir de nuevo al médico de atención primaria. Para cuantificar esta problemática, Sefac ha realizado pilotajes en varias comunidades autónomas que han reflejado diversas incidencias que podrían ser subsanables a través de dicha dispensación excepcional.

Los farmacéuticos comunitarios definen esta circunstancia como factores de riesgo relacionados con el sistema sanitario (FRRSS). “Hasta ahora no se había tenido mucho en cuenta estos factores, pero son muy relevantes”, explica el vicepresidente de Sefac. La solución pasa por regresar al centro de salud, con la burocracia o la pérdida de tiempo y recursos que ello conlleva para los pacientes, médicos y farmacéuticos. “Pero eso no es lo más importante, sino que provoca que el paciente no se tome la medicación. Esto es de lo que queremos alertar y buscar soluciones”, resalta el vicepresidente.

“Hay que hacer guías de actuación para la sustitución de medicamentos consensuadas entre los agentes y sociedades científicas”

Eduardo Satué, vicepresidente 2º de Sefac

Factores de riesgo evitables

El principal factor de riesgo por el que el paciente no accede al tratamiento por circunstancias del propio sistema sanitario es la caducidad de la prescripción. “Parece una tontería, pero lo que genera es que el paciente no tome la medicación, según el caso es más o menos grave, pero pensemos por ejemplo en un diabético, si no puede acceder a la insulina, mal asunto”, comenta Satué. Aunque, argumenta el vicepresidente, más grave es el caso de la primera dispensación. En España, por ley, una receta caduca si no se retira antes de diez días. Lo mismo ocurre con la pérdida, extravío u olvido de la prescripción cuando el paciente va en busca del tratamiento que necesita. Otro gran obstáculo que está en auge en los últimos meses es la falta de suministro y desabastecimientos. Por ahora, según los farmacéuticos comunitarios, no es la cuestión más destacada, pero la previsión es que vaya en aumento.

“¿No es peor que el paciente no tenga acceso a ese principio activo aunque sea de otra marca?”

Eduardo Satué, vicepresidente 2º de Sefac

Otro ejemplo que trasladan desde la Sociedad es la imposibilidad del farmacéutico para sustituir un inhalador por otro al no poder demostrar la bioequivalencia. “¿No es peor que el paciente no tenga acceso a ese principio activo aunque sea de otra marca? El paciente ha de ir al médico, pero el profesional sanitario que más sabe de medicamentos es el farmacéutico”, enfatiza Satué. Aquí es donde se pone en valor esos protocolos consensuados que aporten garantías al paciente a través de un acuerdo entre médico y farmacéutico, plasmado en un informe justificativo de la sustitución. Que cumpla, además, unos requisitos de formación por ambos profesionales.

Otra alternativa es la formulación magistral si se tiene acceso al principio activo o también la adaptación de la forma farmacéutica, como ha ocurrido con la decisión de la Aemps del pasado noviembre de posibilitar que, frente a los problemas de suministro de suspensiones pediátricas de amoxicilina en frasco, el farmacéutico pudiera ofrecer alternativas en polvo o comprimidos.

Conclusiones basadas en la evidencia

Los estudios realizados por Sefac tras varios proyectos piloto sobre dispensación excepcional —que pretenden ampliar a todo el ámbito nacional— demuestran que el impacto generado por la sustitución por el farmacéutico es muy positivo. Primero de cara a la continuidad y acceso del paciente al tratamiento y también por el ahorro económico que supone para el Sistema Nacional de Salud las consultas médicas evitadas.

Lo que proponen desde Sefac es, como hacen en otros países, que “todo lo que se pueda resolver en la farmacia, se haga”. De esta manera no haría falta involucrar a terceros y evitaría una gran parte de la ruptura en la adherencia del paciente. Para ello piden protocolos consensuados entre Administración, médicos y farmacéuticos para establecer esas intervenciones farmacéuticas. Por ejemplo, para el uso de la receta electrónica, una herramienta que supone una “gran ventaja para comunicarse entre profesionales”, pero que está desaprovechada.

“¿Vamos a hacer todo lo necesario para el paciente o no? Hemos detectado un problema y no vale quedarse sentado”

Eduardo Satué, vicepresidente 2º de Sefac

¿Qué hay que hacer para habilitar al farmacéutico a que pueda realizar esa dispensación excepcional? “Hay que hacer guías de actuación para la sustitución de medicamentos consensuadas entre los agentes y sociedades científicas”. Desde Sefac ya trabajan con las asociaciones de atención primaria, sólo se trata de aprovechar esa colaboración para llegar a acuerdos y realizar propuestas: “¿Vamos a hacer todo lo necesario para el paciente o no? Hemos detectado un problema y no vale quedarse sentado“, sentencia Satué.

Demandas en línea con el CGCOF

En consonancia con las demandas de Sefac se ha pronunciado el CGCOF recientemente debido a los problemas de suministro globales. En la mayoría de ocasiones el farmacéutico puede ofrecer alternativas ante un medicamento que no está disponible para el paciente, pero hay situaciones en las que, como hemos visto, esa sustitución no es posible. Jesús Aguilar defendía que se debería ampliar esa capacidad para “evitar la interrupción de tratamiento en situaciones excepcionales”. Para ello, desde la organización colegial piden a las autoridades sanitarias, nacionales y autonómicas, que permitan a los profesionales de las boticas ampliar la dispensación de las formas farmacéuticas e incentivar la formulación magistral. “No tenemos la responsabilidad de esta situación, pero somos proactivos para buscar soluciones porque nos preocupan pacientes y la salud de los ciudadanos”, resumía Jesús Aguilar.


También te puede interesar…