El reciente conflicto entre la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CACOF) en torno a la adenda del convenio de farmacia de Andalucía ha añadido un nuevo episodio con la decisión de la CNMC de no interponer un recurso contencioso-administrativo. Este pronunciamiento llega tras meses de tensiones, revisiones y modificaciones que han puesto de manifiesto el complejo equilibrio entre los intereses de la administración, las oficinas de farmacia, y la industria farmacéutica.

La génesis del conflicto

El origen del conflicto se remonta a la adenda firmada entre el SAS y el CACOF, la cual incluía disposiciones que la CNMC interpretó como favorecedoras de la dispensación de medicamentos genéricos sobre los de marca. En particular, el regulador apuntaba que el acuerdo vulneraba el principio de no discriminación establecido en la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado. Esta ley prohíbe prácticas que otorguen ventajas a productos específicos sin una justificación basada en la igualdad de condiciones en el mercado.

Tras una denuncia presentada por Farmaindustria, que aglutina a las principales empresas de medicamentos innovadores, la CNMC requirió al SAS en junio de 2023 que eliminara ciertos artículos que favorecían explícitamente a los genéricos. El punto más problemático era el artículo que promovía la dispensación preferente de estos medicamentos cuando la receta médica especificara únicamente el principio activo, algo que el regulador entendía que atentaba contra la libre competencia.

La respuesta del SAS

El organismo regulador, en su papel de garantizar la unidad de mercado, solicitó la eliminación de esta disposición, argumentando que vulneraba los artículos 3 y 18 de la mencionada ley. Aunque la CNMC no abrió un expediente sancionador, su advertencia dejaba claro que cualquier vulneración de la unidad de mercado debía ser corregida para evitar consecuencias legales. El SAS respondió a principios de julio con la modificación de la adenda, eliminando el artículo que promovía los genéricos, con el objetivo de evitar un enfrentamiento judicial con la CNMC.

Esta rápida reacción por parte del SAS mostró su disposición a mantener el diálogo con los reguladores, pero no logró cerrar el conflicto del todo. Farmaindustria consideró que las modificaciones realizadas eran insuficientes, ya que el primer artículo de la adenda seguía proporcionando, según su visión, un tratamiento diferencial entre los medicamentos de marca y los genéricos. Esta postura ha generado un nuevo frente de debate entre los actores del sector farmacéutico​

CACOF y Farmaindustria

Por su parte, el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha defendido el acuerdo como una herramienta para fomentar la sostenibilidad del Sistema Andaluz de Salud y la farmacia comunitaria. Según el CACOF, el convenio era claramente beneficioso para las farmacias, ya que permitiría una gestión más eficiente del stock de genéricos y brindaría un marco claro para la prescripción por principio activo. En opinión del CACOF, es paradójico que Farmaindustria recurra este acuerdo, puesto que en el pasado ha promovido iniciativas similares a nivel nacional para favorecer la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).

El CACOF también subrayó que la adenda contaba con el apoyo de la mayoría de los colegios farmacéuticos andaluces, excepto el de Sevilla, que se opuso por considerar que no se obtenían suficientes contrapartidas para las farmacias locales. Esta falta de unanimidad llevó al CACOF a reconsiderar la viabilidad del acuerdo a largo plazo, a pesar de que la organización consideraba que el convenio podía ser beneficioso para el sector en el futuro

Promoción de los genéricos

Además del conflicto sobre las disposiciones de la adenda, la Confederación Empresarial de Oficinas de Farmacia de Andalucía (Ceofa) presentó también una reclamación ante la CNMC relacionada con la exposición en los escaparates de las farmacias de carteles promocionando los medicamentos genéricos. Estos carteles, elaborados conjuntamente por el SAS y el CACOF, fueron considerados por Ceofa como una violación del principio de libre competencia, al incitar indirectamente a los pacientes a solicitar medicamentos genéricos en lugar de otros equivalentes de marca.

La CNMC, en su papel de vigilante del mercado, sigue atenta a cualquier acción que pueda distorsionar la competencia, aunque en este caso ha optado por no proceder en el ámbito contencioso-administrativo. Esta decisión ha cerrado una etapa del conflicto, pero no ha eliminado las tensiones subyacentes entre los diferentes actores implicados​.


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