Alberto Cornejo Barcelona | martes, 19 de marzo de 2019 h |

Los varios cientos de congresistas que han asistido a la conferencia inaugural de Infarma Barcelona 2019, patrocinada por Grupo Cofares, han recibido una suerte de master class sobre cómo innovar en salud y, en concreto, en la farmacia comunitaria, a cargo de Julio Mayol, director del Hospital Clínico San Carlos.

Tras un repaso a la evolución de los sistemas sanitarios en las últimas décadas y en el paso inter siglos –siempre con el mantra de la permanente crisis de sostenibilidad sobre ellos- este experto ha destacado como la innovación tecnológica abre un abanico de opciones tanto en el acceso como en los resultados. “¿Estamos innovando de verdad?” ha cuestionado este experto. Y es que, a juicio de Mayol, más que el acceso a nuevos servicios, debe importar el aumento de resultados. Para ello, ha puesto un ejemplo: ¿qué es más importante, acceder con mayor celeridad a una lista de espera o que las pruebas sean efectivas?”

Esa importancia del resultado es trasladable también al ámbito de la farmacia comunitaria, como ha señalado Mayol. En especial en campos como la adherencia, y donde quizá hay que ‘innovar’ en nuevos modelos: “Un paciente no es incumplidor porque quiera; quizá a lo mejor no hay un buen diseño de la estrategia”, ha apuntado. En este sentido, el director del Hospital Clínico San Carlos considera que “nuestro reto como profesionales es trasladar el conocimiento al punto donde lo necesita el paciente; y ese punto es en muchas ocasiones la farmacia comunitaria”.

Siguiendo con este hilo de la innovación, Mayol ha recordado que la farmacia comunitaria tiene el “gran reto” de “luchar contra la despersonalización”. Un aspecto especialmente importante en estos establecimientos dado que “son el primer punto de contacto humano a nivel sanitario con el paciente”. Una personalización (con apoyo de las tecnologías) que debe rodear las diferentes actuaciones en una oficina de farmacia, desde la dispensación a la adherencia.