Según la Efpia, patronal de la industria europea, en los próximos cinco años los desarrollos de vanguardia de la medicina van a transformar la vida de los pacientes. Algo en lo que ha coincido Emili Esteve Sala, director del Departamento Técnico de Farmaindustria, durante su intervención en la Jornada de Innovación Terapéutica, organizada por el CGCOF.
Esteve ha puesto de manifiesto la diferenciación entre innovación radical e incremental. Y es que, mientras que la innovación radical, “aunque es fundamental, es exclusiva, compleja y no está al alcance de todas las compañías farmacéuticas” (apenas entra una cincuentena de novedades al año), la innovación incremental puede extenderse a muchas compañías. “De hecho, es una de las líneas estratégicas de Farmaindustria”, ha asegurado Esteve.
Un beneficio para todos
Según el experto, la innovación incremental de medicamentos “beneficia a todos” (profesionales sanitarios, industria farmacéutica, pacientes y sociedad en general y el sistema sanitario), pues consiste en mejorar los fármacos ya existentes, adaptándolos a los pacientes que lo necesitan, haciendo que los medicamentos sean más cómodos de administrar y supone un ahorro de recursos.
Pero, a pesar de las ventajas, “hay una tendencia de los pagadores a no valorar apropiadamente ese esfuerzo de reposicionar“. “La tendencia natural es a pagar por milígramo de principio activo”, ha lamentado Esteve.
Clasificación de la innovación incremental
- Medicamentos seguidores: refinamiento de la composición inicial. Formulan principios activos químicos o biológicos estructuralmente similares y destinados al tratamiento de la misma indicación.
- Combinaciones de medicamentos: están establecidas y reconocidas tanto desde el punto de vista científico como desde el administrativo. Hay dos tipos: la combinación que añade algo y la que busca la sustitución de una terapia para facilitar la administración.
- Reformulación: innovación que permite la reducción de efectos adversos o la mejora de la eficacia o el seguimiento de los pacientes.
- Reposicionamiento: aprovechar conocimientos que se tienen sobre un medicamento ya comercializado y proponer su uso para una indicación sustancialmente diferente respecto a la ya autorizada.
- Dispositivos para mejorar la innovación: por ejemplo, sistemas de autoinyección que permiten a los pacientes administrar los medicamentos ellos solos.
- Digitalización: incorporación de tecnologías a los medicamentos para que se pueda asociar el tratamiento al cumplimiento, parámetros, etc. Es otra forma de reposicionamiento.
El potencial de la innovación incremental
En cuanto a las oportunidades de la innovación incremental, Esteve ha insistido en su “interés” para el SNS y ha señalado que debería poderse diferenciar. Asimismo, ha afirmado que los medicamentos estratégicos (la Aemps ha publicado recientemente un listado) son “un primer paso para reconocer aspectos como la vulnerabilidad y podrían ser un precedente para proteger determinados medicamentos de los efectos erosivos y desincentivadores del sistema de precios de referencia (SPR)”.
Asimismo, ha indicado que la ventaja de la existencia de una figura legal que proteja la innovación incremental es que en los medicamentos financiados el precio “sigue estando intervenido”. Así, “la exclusión del SPR significa la posibilidad de que estos medicamentos tengan un incentivo merecido, que compense la innovación realizada”, ha concluido.