El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) ha celebrado el primer aniversario desde que la Junta de Gobierno, con Manuel Martínez del Peral a la cabeza, tomó posesión. Con este motivo el Colegio ha querido repasar un año que ha sido exigente a la par que prolífico, en el que destacan dos hitos importantes: la nueva Ley de Ordenación y Atención Farmacéutica de la CAM y el nuevo Convenio con la Consejería de Sanidad. La organización colegial también marca los pasos a futuro, donde destaca afianzar la labor asistencial del profesional de la botica e impulsar el desarrollo reglamentario de la Ley de Farmacia.
“Lo que hemos hecho es trabajar para que el farmacéutico tenga un papel social y sanitario que se ha demostrado necesario durante la pandemia”, comenzaba Martínez del Peral, que se ha mostrado satisfecho por los logros conseguidos en un año intenso donde, además, la Junta se ha renovado casi en su totalidad. Nada más llegar al cargo se desencadenaron las negociaciones con los partidos políticos para concretar un texto legislativo que se negoció en paralelo al reciente Convenio. Ambos textos suponen un paraguas que legaliza y ampara muchos servicios profesionales que hasta ahora solo se habían realizado con motivo de la excepcionalidad.
¿Qué retos tiene el Colegio por delante? El objetivo ahora es “ayudar a mejorar la atención primaria en Madrid porque la farmacia es uno de los agentes que puede ser parte de la solución para que los ciudadanos tengan un acceso más fácil a la asistencia sanitaria”, define el presidente del COFM. Para ello lo primero en rematar los puntos reglamentarios de la Ley de Farmacia, como en el caso de la atención domiciliaria. También quieren materializar iniciativas en materia de salud pública y consagrar pilotos que ya han comenzado. El ejemplo es el programa de dispensación colaborativa que facilitará el acceso de pacientes VIH positivos a su tratamiento con antirretrovirales a través de una farmacia próxima a su domicilio.
También pretenden impulsar la herramienta del ‘bloqueo cautelar’. “Hasta ahora no se había utilizado porque parecía una enmienda al trabajo del médico, pero no es así”, explicaba Martínez del Peral. Un trabajo colaborativo para mejorar en el uso medicamento de los pacientes, donde el farmacéutico puede bloquear un tratamiento si considera que puede producirse un problema de seguridad, aunque el médico siempre tendrá la última palabra en esa situación. La comunicación con el médico prescriptor es otro de los frentes del COFM, aunque el mencionado bloqueo cautelar permite esa interacción, la intención es elaborar una herramienta que conecte al farmacéutico con atención primaria, enfermería y médicos. Incluso entre las propias boticas y profesionalizar así una relación que ha sido importante para advertir, por ejemplo, sobre ls falsificaciones de recetas.
Otra cuestión relevante es el acceso a la hoja de medicación por parte del profesional de la botica para conocer el inicio y fin del tratamiento, aunque haya que afianzar su implantación. Al igual que ocurre con el acceso al historial farmacoterapéutico, un punto clave que necesita de un desarrollo futuro. La dispensación excepcional también está en el punto de mira del Colegio, que ahora tiene un respaldo gracias al Convenio.
Las relaciones con el Consejo General de Colegios Farmacéuticos también se han consolidado durante este año de legislatura. “Aunque haya discrepancias hay una buena relación con el Consejo, tenemos la intención de colaborar y establecer líneas de trabajo conjuntas”. En este sentido, el COFM se ha adherido a Farmahelp recientemente, donde ya hay mil farmacias adscritas, y participa con la plataforma Cismed para monitorizar las faltas de suministros y desabastecimientos.