Las prescripciones de medicamentos de una sola receta han tenido un descenso de 17 puntos durante el 2022, según el ‘Estudio de Prescripciones Médicas (EPM)’ de Iqvia. Entre los motivos destacan la implementación de la receta electrónica y las dificultades de acceso al sistema sanitario en algunas comunidades autónomas. Circunstancias que fomentan un “nuevo modelo de prescripción sanitaria más concentrado”, señalan desde la compañía.
Por contra, el informe refleja que el volumen de recetas que contienen dos o más medicamentos ha crecido durante el último año, En concreto, más del 92 por ciento de las prescripciones en 2021 eran recetas que contenían una unidad del tratamiento. En 2022, esa cifra cayó al 75 por ciento, lo que supone una diferencia de 17 puntos porcentuales en apenas un año.
Esta situación se debe a que el actual contexto sociosanitario está propiciando cambios en las relaciones entre médicos y pacientes, argumentan desde Iqvia. Las claves de esta coyuntura es la implantación total en el Sistema Nacional de Salud de la receta electrónica y el aumento de las listas de espera para acceder a los especialistas sanitarios.
“Es una cifra extremadamente importante porque es la primera vez que ocurre”, explica Jose Luis Barrera, Responsable EPM y ChannelDynamics en Iqvia. Un dato relevante porque es un estudio que la compañía realiza desde hace 20 años. La clave parece que se halla en el paciente crónico que ha reducido la frecuencia con la que acude al centro de salud o especialista a renovar el tratamiento. “Es un indicio de lo que puede estar ocurriendo en el mercado, donde tenemos un contexto de desarrollo de receta electrónica y del aumento de las listas de espera”, apunta Barrera.
El responsable del estudio considera que ambos motivos se retroalimentan. “Cuando vemos que hay más unidades de medicamento en una receta en lugar del ‘one-to-one’ nos salta la alarma y vemos que se están incluyendo más unidades del mismo producto sin necesidad de pasar por el médico”.
El aumento de las recetas con varias unidades de medicamento se ha producido, por un lado, debido a la dificultad de los pacientes de acceder a un sistema sanitario congestionado, añadido al avance tecnológico de la receta electrónica —condición sine qua non para que esto pueda ocurrir—. Con esta receta el médico puede incorporar varias unidades del tratamiento sin necesidad de que le paciente acuda a renovar la receta. “La conclusión es que es la suma del contexto sociosanitario unido con el desarrollo tecnológico”, incide Barrera.
¿Puede ser esto una tendencia de cara al futuro? “Es probable que a medio y largo plazo esto haya venido para quedarse”, apunta Luis Barrera, que añade: “Podríais concluir que si esto continua así es un elemento que facilita a la descongestión en la sanidad en su conjunto”.
Estatinas como ejemplo
Esta tendencia general se acentúa cuando se observan los medicamentos destinados a tratamientos de enfermedades crónicas. En el caso de pacientes con colesterol alto, ejemplifican desde Iqvia, el tratamiento más habitual son las estatinas, que minimizan la cantidad de colesterol que produce el hígado y ayuda a eliminar el que circula por la sangre.
La pauta de administración de este tratamiento suele ser de una dosis diaria y el paciente renueva su prescripción mensualmente, tiempo de duración de una caja de este producto. El peso de las prescripciones unitarias de este medicamento el año pasado fue del 57 por ciento, lo que implica 28 puntos menos al promedio de las prescripciones unitarias a cierre del 2021, donde la cifra alcanzó el 85 por ciento. “Aquí se ve clarísimo. Si el paciente necesita una caja cada mes ha de acudir obligatoriamente al medico a renovar su receta, pero si en la receta hay varias unidades de estatinas, en su farmacia le salta cuando se le acaba el tratamiento y ya va a poder acceder a la siguiente unidad”, ejemplifica Barrera.
A través de este estudio Iqvia pretende monitorizar las tendencias de prescripción anuales para que la industria farmacéutica y el sector sanitario identifiquen diagnósticos y perfil de pacientes, sus tratamientos asociados, el profesional sanitario que inicia el tratamiento o quién hace seguimiento y continuidad del mismo.