Esta entrevista tiene su origen en una noticia conocida este mismo mes de junio: el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) ha creado una Comisión de Liderazgo Profesional Farmacéutico que reunirá a los máximos responsables del sector de las Islas. ¿Para qué?

Este organismo escuchará a quienes atienden en primera línea al público en las boticas, a diversos profesionales sanitarios e incluso a los pacientes. Su objetivo, reunir información con la que emitir recomendaciones para que los farmacéuticos británicos puedan mantener (o alcanzar) la excelencia en el servicio al cliente, y seguir el ritmo de los cambios tecnológicos en el sector.

¿Necesitamos algo así en España? Al hilo de esta cuestión, repasamos con Raquel Martínez, secretaria general del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), el estado de la farmacia en nuestro país.

Pregunta. ¿Qué impresión ha causado en el CGCOF esta iniciativa del NHS británico?

Respuesta. El Reino Unido, como otros muchos países, está trabajando para aprovechar todo el potencial asistencial de los farmacéuticos y contribuir a fortalecer y hacer más sostenibles los sistemas sanitarios. Este movimiento, reforzado por la sólida respuesta que la profesión ha dado a la pandemia, se produce también por las numerosas recomendaciones que han hecho organismos nacionales e internacionales de promover el papel de los farmacéuticos. Aplaudimos todas estas iniciativas que  intentan responder a las nuevas necesidades de los pacientes contando con los profesionales farmacéuticos y las farmacias.

P. ¿Puede (y debe) hacerse algo similar en España?

R. Sin duda, y así se lo hemos propuesto a la ministra de Sanidad. Le solicitamos que impulsase junto con las Comunidades Autónomas un Plan Integral para la Farmacia Española, que permitiese a los farmacéuticos aportar toda su propuesta de valor al Sistema Sanitario. Además, desde la Organización Farmacéutica Colegial –Consejo General, Colegios y Consejos Autonómicos– trabajamos en todos los niveles y en el seno de diversas comisiones y grupos de trabajo, gubernamentales y parlamentarios, para que la Farmacia pueda integrarse y sumar sus activos a los del resto de profesionales y estructuras sanitarias.  

P. ¿Es comparable esta comisión británica al Plan Estratégico 2030 de la Farmacia Comunitaria?

R. El Consejo General de Farmacéuticos ha trabajado en los últimos meses en el desarrollo del Plan 2020-2030 de la Farmacia Comunitaria, que se presentará en el Congreso Mundial de Farmacia y el Congreso Nacional Farmacéutico que se celebrarán en Sevilla del 18 al 22 de septiembre. Primero hicimos un análisis metodológico, escuchando a todos los públicos, y ahora estamos ultimando la definición de una cartera de servicios asistenciales a proveer desde la red de farmacias y su implementación en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

En cierta medida, este Plan responde a los mismos objetivos que el del NHS, aunque en nuestro caso la iniciativa ha surgido de la propia profesión. Esperamos que las administraciones perciban la importancia de poner en marcha estos servicios desde las comunidades autónomas.

“Tenemos que lograr que los farmacéuticos aporten toda su propuesta de valor al Sistema Sanitario

P. ¿Sanidad presta suficiente atención a la profesión farmacéutica?

R. A lo largo de toda la pandemia hemos insistido en que queremos ser utilizados, aprovechados. Han salido adelante distintas iniciativas en algunas comunidades autónomas, pero podíamos haber hecho mucho más. Ahora toca mirar hacia adelante, y con esta filosofía presentamos el año pasado en el Congreso de los Diputados las Propuestas de la Profesión Farmacéutica a los retos presentes y futuros del Sistema Nacional de Salud, que nacieron también del aprendizaje de estos dos últimos años; ahora tenemos que lograr que los farmacéuticos aporten toda su propuesta de valor al Sistema Sanitario.

P. ¿Hay que introducir cambios legislativos para mejorar la situación de los farmacéuticos?

R. Sin duda, y así lo estamos trasladando en todas las normativas en tramitación, como lo son en la actualidad las relativas a la Salud Pública. En este sentido, nuestras propuestas pasan por reforzar la estrategia y herramientas de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud, en beneficio de los ciudadanos, contando con los casi 77.000 farmacéuticos colegiados y las 22.137 farmacias comunitarias, establecimientos sanitarios más cercanos y accesibles a los ciudadanos.

“La tecnología es una herramienta útil, pero el contacto del ciudadano con el farmacéutico ha sido el ‘éxito’ de esta pandemia, y no lo podemos perder”

P. ¿Cómo puede ayudar el estado a la mejora tecnológica de las farmacias?

R. La mejora tecnológica es una de nuestras grandes apuestas y uno de los pilares, junto al asistencial y al social, sobre el que estamos construyendo la farmacia del futuro. La receta electrónica es un buen ejemplo del éxito de la colaboración de la Organización Colegial con las administraciones, y ese es el camino a seguir.

Pero a su vez, tenemos claro que en la digitalización no todo vale. Digitalizar es humanizar, así lo entendemos y defendemos. Es aprovechar el desarrollo tecnológico para potenciar el valor de la actuación profesional, de nuestro conocimiento y cualificación como únicos expertos en el medicamento. Porque si queremos garantizar la seguridad de los pacientes y la continuidad asistencial, solo hay un modelo posible, y es el de la garantía profesional que proporciona el farmacéutico; sin separar nunca la dispensación de la entrega del medicamento. Las tecnologías nos pueden ayudar como herramienta, pero el contacto del ciudadano con el farmacéutico ha sido el éxito de esta pandemia, y no lo podemos perder.


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