La semana pasada, tal y como recogen medios locales galos, el director general de Seguro de Salud, Thomas Fatôme, reveló a los sindicatos farmacéuticos una serie de medidas que propondrá en el futuro proyecto de Ley de Financiación de la Seguridad Social. La mayoría de ellas cuentan con el apoyo de las principales asociaciones sindicales, como la Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia (FSPF) y la Unión de Sindicatos de Farmacéuticos Comunitarios (USPO). La medida que más seduce a estas agrupaciones es la prescripción farmacéutica de antibióticos después de una angina o cistitis positiva tras un test diagnóstico rápido (TROD, por sus siglas en francés).

El informe de este organismo para los trabajadores en régimen general anuncia los cargos y productos para 2024 e introduce el contenido del futuro proyecto de Ley de Financiación de la Seguridad Social. De esta manera, Fatôme ha adelantado a los sindicatos las nuevas propuestas que podrían introducirse para el año que viene en el sistema sanitario francés.

La más relevante ha sido la intención de que le seguro médico ofrezca la posibilidad de que el farmacéutico prescriba antibióticos tras una prueba diagnóstica (TROD, test rápidos de orientación del diagnóstico) positiva de anginas o cistitis. Esta nueva facultad para los farmacéuticos se sumaría a la prescripción y administración de vacunas, pendiente de aprobarse, para personas mayores de 11 años.

Otras medidas

Además de la prescripción tras cribados, Thomas Fatôme también ha anunciado otras medidas que podrían implementarse en farmacias. Por ejemplo, el establecimiento de una justa remuneración por labores de dispensación. Es decir, por la intervención farmacéutica en casos como la suspensión de un tratamiento, la adición de un fármaco o la modificación de la posología, entre otras. En este sentido, la Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia ya ha reclamado una tarifa de dispensación protocolizada para estos casos de una cuantía de cinco euros.

Otra propuesta que está encima de la mesa es la intención de expandir los medicamentos biosimilares que el farmacéutico puede reemplazar, con el objetivo de aumentar la penetración de los biosimilares del 42 al 80 por ciento. Aunque aún queda por conocerse qué moléculas se verían afectadas y su remuneración específica.


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