El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de enfermedades no transmisibles y muertes prematuras a nivel global. De acuerdo con la Federación Internacional Farmacéutica (FIP, por sus siglas en inglés), los farmacéuticos tienen un rol esencial en ayudar a las personas a dejar de usar productos de tabaco y nicotina, lo cual puede reducir de manera significativa la carga de las enfermedades asociadas a su consumo. En un nuevo comunicado, publicado recientemente por la FIP, se destacan una serie de recomendaciones dirigidas a farmacéuticos, organizaciones farmacéuticas, educadores en farmacia, gobiernos, formuladores de políticas, agencias regulatorias y financiadores de servicios de salud.

Este nuevo comunicado representa una actualización de la declaración emitida por la FIP en 2003. Además, se basa en una declaración conjunta entre la FIP y la Organización Mundial de la Salud (OMS), adoptada en mayo de 2024, lo que subraya la importancia de los farmacéuticos en las estrategias de cesación del tabaquismo. A lo largo de los años, el enfoque sobre el papel del farmacéutico en la salud pública ha evolucionado, reconociéndose cada vez más su capacidad para influir de manera directa en la prevención y tratamiento de enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

El papel del farmacéutico

En este sentido, Lars-Åke Söderlund, vicepresidente de la FIP y copresidente del comité de política, enfatizó que el uso de tabaco sigue siendo un problema significativo de salud pública. Reconociendo la naturaleza prevenible de los daños causados por el tabaco y productos relacionados, la FIP resalta el papel fundamental de los farmacéuticos en la reducción de enfermedades y muertes prematuras asociadas. Los farmacéuticos tienen una posición única para influir en la salud pública a través de la educación del paciente, el apoyo personalizado y las intervenciones farmacológicas.

Uno de los aspectos clave en los que los farmacéuticos pueden marcar la diferencia es en la identificación de individuos que usan tabaco y nicotina, y en evaluar su disposición para dejar de fumar. Al proporcionar programas estructurados de cesación, los farmacéuticos pueden aumentar significativamente las tasas de éxito de aquellos que intentan dejar de fumar. Estos programas pueden incluir desde consejos sobre cambios en el estilo de vida, hasta la administración de terapias de reemplazo de nicotina o medicamentos como el bupropión o vareniclina, diseñados específicamente para reducir los síntomas de abstinencia.

Recomendaciones

El comunicado urge a las organizaciones farmacéuticas a apoyar activamente los servicios de cesación del tabaquismo en las farmacias, a través del desarrollo de guías y herramientas de implementación. Esto es clave para permitir que los farmacéuticos desempeñen un papel más activo, no solo en ayudar a los pacientes a dejar de fumar, sino también en prevenir que las personas empiecen a consumir tabaco. En este sentido, la utilización de tecnologías digitales puede ser un recurso fundamental para aumentar el acceso y la efectividad de los tratamientos de cesación.

Otro punto importante que resalta el comunicado es la necesidad de que las instituciones educativas incorporen dentro de sus currículos el conocimiento sobre la prevención del uso de tabaco y las estrategias de cesación. Esto garantizará que los futuros profesionales de la farmacia tengan las competencias necesarias para enfrentar este desafío de salud pública. Además, las organizaciones farmacéuticas y los gobiernos deben trabajar en conjunto para asegurar que los farmacéuticos reciban una remuneración adecuada por los servicios de cesación del tabaquismo, lo que incentivaría la implementación generalizada de estos servicios.

Compromisos

Además de las recomendaciones, la FIP ha hecho varios compromisos en su declaración. Entre estos, se incluye la promoción de la investigación científica y la educación para avanzar en las intervenciones de cesación del tabaquismo. La FIP también continuará abogando por la inclusión de los farmacéuticos en las estrategias de cesación del tabaquismo a nivel global, apoyando el trabajo de sus organizaciones miembro mediante una variedad de recursos.

El tabaco sigue siendo la causa principal de enfermedades no transmisibles, como el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y las enfermedades cardiovasculares. A pesar de los avances en la reducción de la prevalencia del tabaquismo en algunas regiones del mundo, el uso de productos de tabaco y nicotina continúa siendo un grave problema de salud pública. Según la OMS, más de 8 millones de personas mueren cada año como resultado directo del tabaquismo, lo que subraya la urgencia de implementar estrategias eficaces de cesación.

El futuro de la cesación del tabaco en farmacias

El comunicado de la FIP reconoce que los farmacéuticos pueden jugar un rol más amplio en el futuro de la cesación del tabaco, aprovechando su posición como uno de los profesionales de salud más accesibles en las comunidades. A medida que más gobiernos y sistemas de salud reconozcan el valor de los farmacéuticos en la prevención y tratamiento de enfermedades, es probable que veamos una mayor integración de estos profesionales en los esfuerzos para combatir el tabaquismo.

Los farmacéuticos están en una posición privilegiada para influir en la salud pública, no solo mediante la provisión de medicamentos, sino también a través de su papel activo en la cesación del tabaquismo. Las recomendaciones y compromisos establecidos por la FIP refuerzan esta idea y subrayan la importancia de capacitar y apoyar a los farmacéuticos en la lucha contra el tabaquismo, lo que en última instancia podría salvar millones de vidas y reducir el impacto global de las enfermedades no transmisibles.


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