Desde que se declaró la pandemia hace más de un año, los sistemas de salud de los países donde trabaja la ONG Farmamundi se han visto más debilitados si cabe, comprometiendo no solo la salud de las personas ante un posible contagio del virus, sino aumentando los niveles de pobreza y violencia motivados por una crisis económica galopante.  Actualmente, el Fondo de emergencias de Farmamundi asiste a más de 76.300 mujeres, niñas y niños en Yemen, Irak, República Democrática del Congo, Kenia y Mozambique, para frenar el virus y prevenir la escalada de violencia sexual.

En contextos de emergencia la población que sufre con mayor crudeza las consecuencias son las mujeres y los menores de edad. Por ejemplo, esta ONG alerta que en Yemen el coronavirus podría ser algo más que la puntilla para una población atacada ya por el cólera, la difteria, el dengue y el hambre. Solo la mitad de las 3.500 instalaciones sanitarias del país funcionan completamente, lo que significa que 19,7 millones de personas carecen de asistencia médica básica. En este caso, la actuación del Fondo de emergencias está facilitando asistencia sanitaria a 4.500 personas, teniendo en cuenta las necesidades más inmediatas en medicamentos esenciales relacionados con las enfermedades de mayor prevalencia en la zona.

Del mismo modo, en Irak, la ONG está inmersa en la construcción de un centro de salud para la atención primaria de la población desplazada interna en el campo de Cham Mishko, en Duhok, Kurdistán Iraquí. Se trata del campamento más grande de la región, que alberga actualmente a unas 26.600 personas, en su mayoría población yazidí.

En la República Democrática del Congo, el 52 por ciento de las mujeres menores de 15 años reconoce haber sufrido algún tipo de violencia física a lo largo de su vida y el 30 por ciento de violencia sexual. Kivu Norte y Kivu Sur acumulan el 50 por ciento de los casos de violencia sexual registrados en todo el país. Precisamente en Beni, Kivu Norte, los esfuerzos de Farmamundi se centran en la prevención y mitigación de la violencia sexual y de género, donde se atenderán a 15.848 mujeres y niñas. Junto a Programme de Promotion de Soins de Santé Primaire y Grupo de Asociaciones para la Defensa de los Derechos Humanos y la Paz, se trabaja en las estructuras de salud de Malepe, Ngongolio, Rwangoma, formando a personal sanitario y a consejeras de salud para mejorar la atención sanitaria de mujeres.

Kenia y Mozambique

Por su parte, en Kenia, se está ampliando la cobertura en salud básica, salud sexual y reproductiva y salud materno-infantil, destinada a la población refugiada urbana en los asentamientos informales de Eastleigh North, en Nairobi. En total, se contemplan 14.060 atenciones, entre partos, consultas prenatales y otras citas referentes a enfermedades prevalentes, COVID-19 u otros brotes epidémicos. Además, se están repartiendo kits nutritivos y de higiene, e impartiendo sesiones de sensibilización y formación en la fabricación de paños y jabones.

Imagen de una escuela en Mozambique

Mientras, en Mozambique, el desafío de abrir las aulas representa un asunto destacado, ya que solo el 20% de estas tienen instalaciones para lavarse las manos. Actualmente, Farmamundi y la ONG local United Purpose realizan una intensa promoción de la higiene en las escuelas de primaria del distrito en Sussundenga, en la provincia Manica, con el fin de reducir los contagios por COVID-19, ahora que se han reabierto los centros. Esta medida complementa a otras acciones llevadas a cabo anteriormente, como ha sido el suministro de material de higiene y saneamiento (jabón, desinfectantes, cubos de basura y limpiasuelos), con el apoyo de la Xunta de Galicia, o la instalación de sistemas de limpiamanos en 11 escuelas, de la mano de la Generalitat Valenciana.