Recientemente, el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) ha experimentado una caída de su sistema informático que impedía la prescripción electrónica, el acceso al historial del paciente o la tramitación de bajas, entre otras funciones. Un problema –ya solventado– que ha repercutido directamente en las farmacias, al no poder entregar la medicación a los pacientes.

Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), han lanzado a través de las redes sociales un mensaje en el que lamentan el “trastorno” que los fallos en los sistemas de prescripción electrónica han causado al paciente a la hora de recoger su medicación. “El COFM trabaja otras alternativas para cuando los sistemas caigan y los trataremos con la Comunidad de Madrid“, han explicado.

Afortunadamente, este tipo de incidentes “no es muy habitual”, tal y como explica a El Global Vicente J. Baixauli, presidente de Sefac. Sin embargo, cuando ocurre, perjudica, sobre todo, a los pacientes. “Si quieren ir a retirar los medicamentos, porque sea el último día o es cuando les viene bien a ellos, los farmacéuticos no podemos tener acceso a los fármacos que tenemos que dispensar”, apunta.

Y es que el no poder retirar la medicación es el mayor inconveniente. “El resto de cosas se pueden seguir atendiendo: las consultas, tomar la tensión, hacer glucemias… pero la parte de la mediación que está centralizada en el sistema, es el mayor problema que tenemos“, aclara Baixauli.

Alternativas a la tecnología

El presidente de Sefac indica que en muchas farmacias tienen un “plan de contingencias” para cuando se produce un fallo de este tipo. “Tenemos la posibilidad de que, si falla la señal o información que nos llega a través de una línea, hay farmacias a las que les puede llegar desde otra línea. Y desde las propias consejerías, algunas también disponen de este sistema para prevenir fallos”, afirma.

Sin embargo hay pocos lugares donde esté “bien previsto”. Además, el funcionamiento, según asegura Baixauli, es complicado sin poder acceder a la red, ya que no se dispone de la información necesaria. “Se podría hacer con una hoja de tratamiento, pero, precisamente, se dejó de hacer por la COVID-19, porque podría ser un foco de contagio“, lamenta.

Asimismo, Vicente J. Baixauli, señala que se ha intentado pedir a la Administración poner en marcha algún procedimiento para poder entregar la mediación a una persona que la necesite de forma urgente y no la tenga. “Pero la realidad es que es muy difícil; la Administración no quiere abrir esa posibilidad porque está muy poco controlada: no se sabe qué se da, a quién se le da… y decir que se puede entregar esa medicación es peligroso porque puede haber errores”, concluye.


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