EG entrevista al presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, Jordi Casas, para hacer un repaso de las iniciativas que han llevado a cabo durante este último año que termina y qué líneas de actuación tienen previstas para el que viene. También conocer cómo han potenciado la relación con el Consejo de Colegios o el Servicio de Salud, así como la opinión que tiene sobre cuestiones relevantes del futuro normativo de la profesión, como es el caso de la revisión de la Ley del Garantías y Uso Racional del Medicamento, más conocida como Ley del Medicamento.

Pregunta. ¿Cuáles son las líneas de trabajo del COFB actuales y especialmente para el año que viene?

Respuesta. Después de dos años especialmente duros a causa de la pandemia, las líneas de trabajo del COFB durante este 2022 se han centrado principalmente en 3 grandes estrategias: Posicionar al farmacéutico como un profesional de salud integrado en el sistema sanitario para dar respuesta a los diferentes retos de salud pública. A modo de ejemplo, poner en valor que nada más empezar el año, cuando el número de contagios de COVID-19 aumentaba exponencialmente a causa de la variante Ómicron, la farmacia catalana tuvo un papel activo notificando casos positivos y realizando cribados con test de antígenos a la comunidad educativa y a la población general. La segunda es facilitar herramientas a los farmacéuticos para que la profesión avance hacia una mayor digitalización. Ya estamos realizando acciones en este sentido, como es el caso de Farmaserveis, la plataforma de registro asistencial de la red de farmacias catalanas. Y con el objetivo de potenciar todavía más la relación digital entre farmacéutico y paciente, próximamente estará disponible la app de Farmaserveis destinada al usuario. Por último, apostar por una amplia oferta formativa. Esto es imprescindible para que los farmacéuticos estén actualizados y aporten valor a la salud y al paciente desde los diferentes ámbitos de ejercicio de la profesión. De cara al año que viene, las estrategias seguirán esta misma línea, con el añadido de que en el mes de marzo celebraremos Infarma Barcelona 2023 y ya estamos trabajando para convertirlo nuevamente en el punto de encuentro de referencia del sector farmacéutico.

“Contamos con proyectos como cribado de cáncer de cuello uterino, entrega de MHDA en farmacia comunitario, la interoperabilidad europea, o la gestión electrónica de documentos”

P. ¿Tenéis proyectos destacados en marcha junto al CCFC y CatSalut?

R. El proyecto más reciente que hemos impulsado conjuntamente se trata de un ciclo de sesiones informativas, impartidas por farmacéuticos, que se llevarán a cabo en diferentes centros educativos con el objetivo de informar y aconsejar sobre el buen uso de los medicamentos. Esta iniciativa se enmarca dentro del Programa de educación sanitaria sobre el buen uso de los medicamentos (PESBUM), en el que ya estamos colaborando desde hace tiempo. Además, también contamos con otros proyectos activos, como el cribado de cáncer de cuello uterino; la entrega de MHDA a través de la farmacia comunitaria; la interoperabilidad europea; la iniciativa “oficina de farmacia libre de papeles”, que permite gestionar electrónicamente diferentes documentos del día a día de la farmacia; o “La meva cartera”, un proyecto de la Generalitat que tiene como objetivo llevar las tarjetas en el móvil. Este proyecto digital ha empezado con las farmacias catalanas, ya que la primera tarjeta que se ha incorporado es la tarjeta sanitaria individual.

P. ¿Cómo podrían las boticas jugar un papel más destacado en las estrategias de Salud Pública?

R. Tanto la Administración catalana como la corporación creen en el papel más activo que puede tener el farmacéutico dentro de diferentes estrategias coordinadas de salud pública. Partiendo de esta premisa, en 2021 el Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya y el CatSalut firmamos un convenio para fomentar el despliegue de la atención farmacéutica comunitaria en el sistema público de salud.

“La farmacia comunitaria puede y debe contribuir en todas aquellas cuestiones relacionadas con la atención y el seguimiento farmacoterapéutico que supongan una mejora en la adherencia a los tratamientos”

P. La pandemia ha demostrado que las farmacias pueden ayudar a descongestionar la atención primaria, ¿qué más lecciones se pueden extraer?

R. Una de las principales lecciones que podemos extraer es que la colaboración y comunicación entre diferentes niveles asistenciales es clave para hacer frente a los diferentes retos del sistema sanitario. De hecho, así lo refleja una encuesta realizada por CatSalut, donde el aspecto mejor valorado durante la pandemia por parte de la ciudadanía ha sido la colaboración entre la atención primaria y las farmacias para la realización de los test de detección de la COVID-19. En momentos de gran tensión asistencial como los que hemos vivido, es imprescindible aprender del trabajo realizado y aprovecharlo para impulsar nuevos proyectos. Todas las iniciativas que hemos puesto en marcha hasta ahora son solo el principio de todo lo que podemos aportar al sistema sanitario, por lo que seguiremos trabajando para conseguir una farmacia cada vez más integrada como un punto de atención comunitario más dentro del sistema de salud. Una de las líneas estratégicas de este convenio es, precisamente, la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, donde se incluyen proyectos que ya he mencionado, como el Programa de educación sanitaria sobre el buen uso de los medicamentos o el cribado de cáncer de cérvix. Y como comentaba también anteriormente, todavía podemos aportar mucho más al sistema sanitario. Por ejemplo, el hecho de tener un papel más activo en la estrategia de vacunación de la gripe, no hay duda que contribuiría a conseguir una tasa de cobertura vacunal más elevada.

P. Las últimas campañas del Consejo General ponen el foco en mejorar la adherencia a los tratamientos. ¿La farmacia comunitaria puede contribuir en estas cuestiones?

R. Por supuesto, la farmacia comunitaria puede y debe contribuir en todas aquellas cuestiones relacionadas con la atención y el seguimiento farmacoterapéutico que supongan una mejora en la adherencia a los tratamientos. Entre ellas, el COFB impulsó un servicio llamado “Sistema Personalizado de Dosificación” (SPD), que se trata de un blíster preparado desde la farmacia donde se ordena la medicación por días de semana y horarios. Esta es una herramienta de gran utilidad sobre todo para pacientes crónicos y polimedicados, ya que les facilita saber qué medicación tomar en cada medicamento y, al mismo tiempo, que se realice un correcto seguimiento desde la farmacia para evitar errores en la medicación o detectar posibles interacciones.

“La ley de Garantías debería contemplar el papel aistencial de la farmacia comunitaria, la entrega MHDA a través de farmacia comunitaria y tener en cuenta los nuevos roles de los profesionales sanitarios”

P. Algunas CC. AA. están en vías de modificar sus leyes de farmacia autonómicas. ¿Se necesita un nuevo marco normativo en Cataluña? ¿Qué opinión tiene sobre los nuevos textos de comunidades como Madrid o Andalucía?

R. Las leyes de farmacia es necesario revisarlas para garantizar que el servicio y la prestación farmacéutica se correspondan con las necesidades que han surgido en la población a raíz de los diferentes cambios sociales, sanitarios y culturales, pero sin que pierdan la esencia de lo que representa la profesión. Sabemos que otras Comunidades Autónomas están en proceso de revisión, no obstante, debemos esperar a ver un redactado final para poder hacer una valoración fundamentada.

P. A nivel nacional nos encontramos de pleno en la revisión de la Ley de Garantías, ¿qué espera de ella?

R. En el mismo sentido que comentaba en la anterior pregunta, la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos considero que debería dar respuesta a las necesidades sociales y sanitarias que han surgido a lo largo de este tiempo. Por ello, desde mi punto de vista, debería contemplar el papel asistencial de la farmacia comunitaria; consolidar proyectos puestos en marcha durante la pandemia, como la entrega de MHDA a través de la farmacia comunitaria; incorporar la tendencia hacia un mundo más digital; y tener en cuenta los nuevos roles de los profesionales sanitarios de los diferentes ámbitos de ejercicio.

“Tenemos el reto de conseguir estar más integrados dentro del sistema sanitario y con una mayor coordinación con el resto de profesionales sanitarios”

P. ¿Cuáles son los retos de la profesión farmacéutica de cara al futuro?

R. Uno de los principales retos de la profesión farmacéutica es la digitalización. Estamos en un proceso de cambio continuo que avanza a un ritmo vertiginoso y debemos encontrar la manera de adaptarnos a los nuevos escenarios que se puedan dar, pero sin perder la relación de confianza y proximidad que siempre ha existido entre el farmacéutico y el usuario. Asimismo, en la línea de lo que he ido comentando anteriormente, como profesión farmacéutica también tenemos el reto de conseguir estar más integrados dentro del sistema sanitario como un agente de salud más y con una mayor coordinación con el resto de profesionales sanitarios.