Alberto Cornejo Madrid | jueves, 30 de mayo de 2019 h |

Es difícil, si no imposible, asegurar el “riesgo cero” en cualquier ámbito de la vida o sector económico. Tampoco, por tanto, en todo lo que engloba la cadena del medicamento, de especial sensibilidad. Por ejemplo, aquello relacionado con el almacenaje y suministro de medicamentos. Es decir, las labores propias —algunas de ellas— de las distribuidoras farmacéuticas.

Si bien no es posible asegurar ese riesgo cero, sí debe ser objetivo prioritario poner todos los medios al alcance para aproximarse a ello. Unos medios que, en el caso que nos ocupa, buena parte de ellos vienen impuestos desde 2013 por la directiva europea de Buenas Prácticas de Distribución de Medicamentos que ya han hecho suyas las entidades mayoristas nacionales.

Sin embargo, y al margen del cumplimiento de estas directrices, “la gestión de riesgos debe estar impregnada en la mentalidad y cultura de cada entidad de distribución”, expuso Pilar Fernández del Pozo, inspectora farmacéutica del Área de Inspección y Control de Medicamentos de la Aemps en la 5ª Jornada Profesional de Farmacéuticos en Distribución Farmacéutica, organizada por el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos este 30 de mayo en Madrid.

Precisamente, a lo largo de esta jornada más de un centenar de asistentes ligados al ámbito de la distribución —vocales colegiales, directores técnicos, etc.— analizaron desde sus diferentes puntos de vista cómo llevar a cabo un análisis de riesgos y cómo acometer autoinspecciones en los almacenes, si bien son prácticas que ya se efectúan con asiduidad. Y es que “el éxito del sistema de distribución farmacéutica española se debe a la capacidad que tiene de adaptarse al entorno al que se dirige”, apuntó José Ramón López, vocal nacional del ramo.

Es ese entorno el que otorga un plus de importancia a esta gestión en el ámbito de la distribución farmacéutica. “Hay que valorar los posibles riesgos tanto en el producto (medicamento) como paciente, porque suelen ir relacionados”, recordó la representante de la Aemps.

Implicación de la plantilla

De inicio, no habrá plan óptimo de gestión (evaluación, identificación y abordaje) de riesgos “si no se hace partícipe de él a toda la plantilla del almacén”, valoró Fernández del Pozo. Dentro de todo el capítulo de cuestiones que obliga a atender la directiva europea —”hay procesos más críticos que otros”, apuntó esta inspectora— cabe destacar las relativas al control de temperaturas en el almacén y durante el transporte, aunque sea éste una actividad subcontratada.

Todo ello, sin que haya una ‘teoría’ general que aplicar. “No hay una respuesta exacta o única respecto a qué periodicidad hacer el mapeo de temperaturas en el almacén. El inspector no puede decir cada cuánto tiempo hacerlo. No hay números mágicos, aunque es recomendable comprobarlo al menos en cada cambio de estación”, valoró esta experta.

Igual que no hay una única teoría, tampoco parece haber (aún) criterios de inspección comunes. El sector sigue denunciando —como viene haciendo que se inició la adaptación a las Buenas Prácticas de Distribución— las diferentes exigencias según la CC.AA en la que se ubique el almacén, e incluso dentro de una misma región, en los procesos de obtención de los certificados.

En definitiva, si la Administración busca el “riesgo cero” en la custodia y transporte de medicamentos, el sector pide por su parte “disparidad cero”.