La telefarmacia y las oportunidades digitales que ofrece han abierto un camino, transitado desde no hace mucho, hacia un cambio de paradigma en la relación entre el farmacéutico hospitalario y el paciente, incluso la relación de este último con su propia dolencia. Dentro de este ámbito, emerge un recurso asistencial clave a la alcance de nuestra mano: el teléfono móvil. Las aplicaciones (apps) son unas grandes aliadas para el abordaje continuo e integral de la enfermedad. Un reto que cada vez está más cerca de materializarse.

En los últimos años, las apps en salud han crecido a un ritmo vertiginoso y han alcanzado una cifra superior a las 350.000. Aunque sólo una minoría permiten recoger datos reportados por el paciente (patient-reported outcomes), que proporcionan una información subjetiva sobre su proceso o tratamiento y aumentan de esta manera su protagonismo, según un estudio de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Este modelo ofrece numerosas ventajas porque favorecen el acceso a los profesionales a toda la información clínica en tiempo real y permite a los pacientes una forma de gestionar de manera remota su enfermedad, otorgándoles la posibilidad de tener un papel más activo en el cuidado de su salud.

“Se trata de cambiar la medicina paternalista tradicional a una medicina orientada al paciente”

Roberto Collado Borrell, farmacéutico del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

“Cuando un paciente recibe un diagnóstico que le cambia la vida es un mar de dudas”, comenta Roberto Collado Borrell, farmacéutico especialista del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Al salir de la consulta y también a lo largo de su tratamiento, el paciente se enfrenta a una incertidumbre que, en muchas ocasiones, le conduce a recurrir a internet sin saber lo que busca o sin entender lo que encuentra. “El paciente necesita herramientas con las que poder acompañarle. Hay muchas, pero las aplicaciones móviles suponen una nueva fórmula de atención remota que nos van a permitir contactar con él en cualquier momento y lugar”, explica el experto.

Las apps ofrecen muchas posibilidades: acceso a información y recursos de salud, comunicación con profesionales sanitarios, control de la sintomatología e incluso el registro de la toma de medicación o datos clínicos. “Se trata de cambiar la medicina paternalista tradicional a una medicina orientada al paciente que permita empoderarle”, cuenta Roberto Collado. El objetivo es obtener beneficios en los resultados en salud, mejorar la seguridad de los tratamientos, la adherencia terapéutica, la efectividad o la experiencia del paciente. “Hemos demostrado una mejora de la calidad de vida de manera significativa, además de la productividad del sanitario o la reducción del consumo de recursos”. Siempre, remarca, como complemento a la atención presencial.

Liderazgo desde el Gregorio Marañón

En los últimos años, los Servicios de Farmacia Hospitalaria (SFH) han querido liderar el desarrollo de la salud móvil. Uno de los SFH que más ha impulsado estas herramientas es el Hospital Gregorio Marañón. En 2016, diseñaron la app ‘e-Oncosalud‘, destinada a pacientes oncohematológicos para favorecer la comunicación y seguimiento domiciliario de su tratamiento con antineoplásicos orales las 24 horas del día. “Tuvimos grandes resultados en cuanto a la adherencia, efectos secundarios y resultados en salud y calidad de vida. Por ello lo expandimos a otras áreas”. A raíz de ahí surgió la app ‘eMidCare‘ para pacientes con enfermedades inmunomediadas. Y ahora también existen herramientas para pacientes con VIH o para los PCC (pacientes crónicos complejos).

Con el paso del tiempo, este recurso digital se ha enriquecido con nuevas características. “Nos dimos cuenta de que había pacientes que tenían más necesidades, como las psicosociales. Por ello incorporamos las videoconsultas con un psicooncólogo a la app con la que conseguir un seguimiento integral”, detalla Collado. También detectaron que muchos pacientes estaban faltos de contacto con otras personas en su misma situación o se encontraban con dudas en su día a día que, por diversas razones, no consultaban al especialista. Eso les condujo a integrarse en un proyecto liderado por la unidad de psicooncología del ICO: ‘Oncommun‘, una comunidad virtual para favorecer la accesibilidad de los pacientes a una atención sanitaria completa mediante la integración de telemedicina, terapias de grupo y recursos educativos. “Es decir, para que no solo se comunicaran con nosotros, sino con otras pacientes en su misma situación”. Funciona como un foro supervisado por profesionales donde los pacientes pueden hablar y expresarse libremente con otros usuarios.

“Hemos demostrado una mejora de la calidad de vida de manera significativa, además de la productividad del sanitario o la reducción del consumo de recursos”

Roberto Collado Borrell, farmacéutico del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

¿En qué están involucrados ahora en el SFH del hospital? Para el especialista del Gregorio Marañón, el presente pasa por incorporar la Inteligencia Artificial a estas herramientas. Por ello están inmersos en el pilotaje de la app ‘eB2-ECOG‘, junto a la Universidad Carlos III de Madrid, con la que se puede registrar biomedidas y parámetros de actividad de forma pasiva (tipo de actividad física, podómetro, localización por GPS, actígrafo, tono de voz, cambios posturales, etc.). Es decir, se trata de transformar el fenotipo digital del paciente a través de técnicas de ‘machine learning’ en parámetros de calidad de vida. “Gracias a ello, podremos conocer a tiempo real y de forma continua el impacto de los tratamientos en la calidad de vida y el estado funcional de los pacientes”, subraya.

Pasos para el futuro

Roberto Collado detalla que 6 de cada 10 hospitales tienen incorporados como objetivo dentro de su estrategia la telefarmacia y 2 de cada 10 trabajan en su implantación. Es decir, un 80 por ciento de los hospitales están implicados en la incorporación de herramientas digitales en favor del paciente. En el caso de las apps, esa cifra se reduce a un 30 por ciento. Es por ello que la SEFH lanzó en 2021 una convocatoria para ampliar los proyectos de salud móvil a todo el territorio nacional.

En concreto, los SFH del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y del Hospital General Universitario Gregorio Marañón fueron los adjudicatarios de la convocatoria para la coordinación, implementación y expansión de un ecosistema de salud móvil adaptable a cualquier área clínica. “Es un proyecto bonito y ambicioso para que todos los SFH dispongan de apps que garanticen el seguimiento integral y la mejora de la calidad de la atención farmacéutica”. Para este año han creado un grupo de trabajo que engloba a más de 30 centros y para cinco patologías: VIH, trasplantes, oncohematología, ELA y enfermedades inmunomediadas. “Vamos a compartir nuestro expertise, nuestra experiencia para acompañar a los grupos de trabajo de la SEFH para que expandan el modelo de aplicación móvil a todos los hospitales que se quieran adherir”, explica Collado.

“Somos los últimos profesionales en contacto con el paciente. Tenemos los conocimientos y habilidades para desarrollar herramientas que respondan a sus necesidades”

Roberto Collado Borrell, farmacéutico del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

A partir de aquí, ¿qué necesidades quedan por cubrir y qué circunstancias dificultan este avance? Las aplicaciones tienen pros y contras que varían según los objetivos que se busquen con ellas. Por ejemplo, encontramos situaciones de brecha digital, problemas de seguridad y privacidad de los datos o la pérdida de contacto humano. Otra circunstancia muy relevante, en opinión del especialista, es que esta tecnología debe estar desarrollada por profesionales sanitarios, algo que no siempre ocurre. “Nosotros, como farmacéuticos, somos los últimos profesionales en contacto con el paciente. Tenemos los conocimientos y habilidades para desarrollar herramientas que respondan a sus necesidades”, sentencia. En definitiva, las Aplicaciones suponen un nuevo modelo asistencial de salud móvil con el que lograr una mejora en los resultados y la eficiencia del sistema. Los farmacéuticos tienen el reto de liderar un modelo de atención mixto que ponga en valor su rol dentro del sistema sanitario para realizar una atención farmacéutica personalizada y de calidad.


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