Hablar de la evolución de la farmacia hospitalaria es hablar de la trayectoria profesional de María Sanjurjo, jefa del Servicio de Farmacia del Gregorio Marañón, se ha convertido en un referente indiscutible en el sector y ha logrado situar a su servicio a la cabeza en excelencia asistencial. Innovadora, reflexiva y, sobre todo, humana, Sanjurjo ha conseguido transformar la profesión acercándola a la realidad diaria del paciente. El próximo 5 de julio recibirá el Premio Fundamed & Wecare-u a la Trayectoria Profesional en el ámbito de la Farmacia; un reconocimiento que va dirigido, como asegura a EG, a todas las personas que le han acompañado a lo largo de estos 42 años de trayectoria.

Pregunta. Acaba de ser reconocida con el Premio Fundamed & Wecare-u a la Mejor Trayectoria en Farmacia, ¿Qué supone este reconocimiento?

Respuesta. Supone un gran estímulo profesional, una gran alegría y muy mucho orgullo. También supone un sentimiento muy importante de gratitud hacia todo los que me han acompañado a lo largo de mis 42 años de carrera profesional. Sin todos ellos no estaría aquí; es un premio de mucha gente.

P. Lo cierto es que su trayectoria en el ámbito de la farmacia hospitalaria es innegable. Lleva veinticinco años al frente del servicio de FH del Gregorio Marañón, uno de los hospitales referentes de la sanidad española. ¿Cómo valora su desempeño al frente de este servicio?

R. Llevo 42 años en farmacia hospitalaria. Pertenezco a la tercera generación de residentes y puedo decir que la farmacia hospitalaria de ahora no tiene nada que ver de la que era cuando empecé. Trabajé en seis hospitales diferentes repartidos por toda España y creo que mi mayor valor es haber trabajado en tantos sitios distintos, porque en todos ellos aprendí mucho y crecí como persona y profesional. De todos tengo buenos recuerdos y amigos. Al Hospital Universitario Gregorio Marañón llegué hace 25 años y tengo que decir que es una maravilla de hospital porque te engancha desde el primer día, te atrapa. Hemos trabajado muy duro, siempre con el hilo conductor de un plan estratégico que iniciamos hace 20 años y gracias al que hemos conseguido desarrollar la cartera completa de servicio que puede ofrecer una farmacia de hospital, comenzar a integrar a los farmacéuticos en las unidades clínicas con los equipos asistenciales y automatizar el circuito integral de medicamentos. Queda mucho por hacer, pero reflexionando puedo decir que hay tres aspectos clave que nos ayudaron a llegar a donde estamos: la especialización por área clínica y de conocimiento, un liderazgo transversal y compartido y una apuesta muy firme por la innovación. Pero, sin duda, el más importante es la calidad del equipo humano.

Hay tres aspectos clave que nos ayudaron a llegar a donde estamos: la especialización por área clínica y de conocimiento, un liderazgo transversal y compartido y una apuesta muy firme por la innovación.

P. La humanización de la atención farmacéutica y calidad asistencial son los ejes transversales que implican a todo el servicio y a casi el centenar de profesionales que lo componen ¿no?

R. Absolutamente. Hemos apostado totalmente por la humanización. Nuestro plan estratégico se basa en tres ejes: la calidad, la humanización y la innovación. Estos tres grandes ejes afectan a todo el funcionamiento del servicio y forman parte de nuestro ADN. Cuando comenzamos a reflexionar sobre humanización nos dimos cuenta de que, aunque todo lo que hacemos está enfocado en el paciente, queda mucho margen de mejora. Así desarrollamos un plan específico de humanización que busca pasar de enfocarnos a una enfermedad a orientarnos a la persona que está enferma. Eso implica tener en cuanta todo lo que le rodea; sus comorbilidades, su ámbito social y laboral, respetar su dignidad y valores, tener en cuenta sus miedos y, lo más importante, escucharlos, tener en cuenta sus opiniones y hacerles que participen, que se impliquen y que se corresponsabilicen con los objetivos terapéuticos. Llevamos dos años con este plan y esta semana echamos a andar nuestro Consejo Asesor de Pacientes y es muy reconfortante poder aprender a escuchar a los pacientes. Pero la humanización tiene dos vertientes: los pacientes y los profesionales. Cuidar a los profesionales significa dejarlos participar, escuchar su voz, preocuparnos de conciliar su vida laboral y profesional, cuidarlos cuando vienen mal dadas, preocuparnos de sus condiciones de trabajo y de la salud laboral y, lo más importante, ayudarles a crecer como personas y como profesionales.

P. Las nuevas tecnologías, precisamente, son claves para avanzar en esta humanización. Un ejemplo es su iniciativa E-OncoSalud, ¿no?

R. Totalmente. Llevamos muchos años intentando acercarnos al paciente y en la última década los servicios de farmacia hospitalaria hemos dado un paso muy importante, rompiendo las paredes del servicio para integrarnos a los equipos asistenciales. Ahora toca romper las paredes del hospital para acompañar al paciente allá donde vaya, preocupándonos por coordinar su asistencia farmacoterapéutica y ofreciéndole una comunicación bidireccional. Cuando estás al otro lado y eres paciente te das cuenta de que tienes que dirigirte a las personas, con sus particularidades, y resolver las dudas que les asaltan durante todo su proceso. La pandemia ha acelerado el uso de las nuevas tecnologías y la digitalización. Empezamos a desarrollar la telefarmacia, que supone un cambio impresionante para orientar la atención farmacéutica hacia la persona, permitiendo el seguimiento clínico de los pacientes, la comunicación bidireccional y la coordinación de la asistencia con otros profesionales.

Fuimos muy pioneros en el desarrollo de una aplicación móvil (Oncosalud) destinada al paciente oncológico; el éxito ha sido rotundo en término de calidad de vida, en resultados en salud y en la prevención o detección de eventos adversos.  Eso nos animó a continuar y ya hemos desarrollado otros módulos para otras patologías. Además, junto al Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, estamos desarrollando apps para las patologías y grupos de pacientes más prevalentes para que este modelo se pueda implantar en otros hospitales.  

P. ¿Cómo ha evolucionado la farmacia hospitalaria durante todos estos años?

R. En una primera etapa la farmacia de hospital era formulista; todo se hacía en la farmacia. Después pasamos a una etapa más logística, con el desarrollo de toda la dispensación individualizada por paciente; la dosis unitaria. Y ahora estamos inmersos en la etapa clínica, donde nos estamos integrando en los equipos multidisciplinares. Esta integración es realmente fácil, porque tenemos una formación muy complementaria y generamos valor al equipo por nuestra formación, aunque queda aún camino por recorrer.

P. ¿Cómo ve a la farmacia hospitalaria del presente y del futuro?

R. Actualmente la farmacia hospitalaria española tiene una altísima calidad y está reconocida internacionalmente. Nos encontramos en un momento en el que la complejidad terapéutica cada vez es mayor, que se suma al aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas. Con la llegada de medicamentos de alta complejidad y también alto coste creo que la figura del farmacéutico de hospital tiene más implicación y más reconocimiento dentro del SNS. La innovación terapéutica es cada vez más rápida y tenemos que procurar conjugar la innovación y la sostenibilidad, siempre con una gran coordinación asistencial. Realmente veo al farmacéutico de hospital como un gran protagonista.  

P. El acceso a los fármacos innovadores es uno de los debates permanentes en el sector sanitario. ¿Cómo se puede impulsar este acceso desde la FH?

R. Lo primero que debemos tener claro es que es innovación terapéutica. De todo lo que se comercializa podemos decir que está entorno al 35 por ciento. Por un lado disponemos de innovación y por otro de equivalencia terapéutica, que puede ayudar a hacer competir a medicamentos prácticamente iguales rompiendo los monopolios y, por tanto, ayudando a la negociación de precios y a una mayor sostenibilidad. El farmacéutico de hospital debe tener una visión amplia y dinámica de lo que es la innovación, separar la paja del heno. Tenemos que saber qué es innovación y aprovechar la política de equivalentes terapéuticos. Si queremos poder pagar la innovación tenemos que aprovechar los ahorros que nos presenta la pérdida de patentes o los grupos de equivalencia terapéutica.

Si queremos poder pagar la innovación tenemos que aprovechar los ahorros que nos presenta la pérdida de patentes o los grupos de equivalencia terapéutica.

P. En este sentido, la especialización es fundamental, ¿no?

R. Absolutamente. Es tan impresionante el avance de la farmacoterapia y la complejidad de las terapias que no podemos hacerlo si no estamos especializados por áreas clínicas. Pero debemos tener cuidado de no convertir estas áreas de especialización en silos, porque entonces perderíamos el valor de generalistas que tenemos. Hay que buscar el equilibrio entre la hiperespecialización y la transversalidad del farmacéutico de hospital. Para eso es fundamental trabajar en equipo.

P. ¿Qué mensaje le mandaría a todos esos estudiantes o recién llegados a los servicios de farmacia?

R. Les diría que disfruten y que pongan pasión en todo lo que hacen. Que lleven la profesión con pasión y que se integren y participen en los equipos. Tienen un papel muy importante porque aportan novedad y frescura y es un gran beneficio que tenemos los hospitales docentes, que todos los años tenemos alumnos y residentes que vienen a formarse y eso aporta dinamismo. Les diría que el conocimiento cambia continuamente y esto hace que la especialidad de farmacia hospitalaria sea totalmente dinámica. Les queda un largo y apasionante camino por recorrer y tienen que disfrutar haciéndolo porque será lo que haga que crezcan como personas y profesionales. Que sepan divertirse y disfrutar.