Los días 7 y 8 de marzo se ha celebrado en Valencia el III Curso Internacional Onco&Fir: Formación en Oncología para Farmacéuticos Hospitalarios. José Luis Poveda (Hospital Universitario y Politécnico de Valencia), Carlos Camps (Hospital General Universitario de Valencia) y Vicente Guillem (Fundación Instituto Valenciano de Oncología) son los coordinadores científicos del curso y participaron en la inauguración del mismo.

En palabras de Poveda, este encuentro es muestra de que “los ámbitos de colaboración entre profesionales, a veces se estrechan, sobre todo para beneficiar a los pacientes. Para Guillem, antes de impulsarse la primera edición “pensamos que este curso era una necesidad no cubierta”; ahora, apuntaba “se ha demostrado que el farmacéutico de hospital es fundamental en el equipo de asistencia oncológica y cursos como este están de plena actualidad”. Por su parte, Camps ponía de manifiesto la importancia de estos cursos para abordar temas de tal importancia como “las dificultades en la incorporación de fármacos que ofrecen mucho valor, sobre todo en España”.

Futuro de la especialidad

Durante la apertura del curso también participó Olga Delgado, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. La experta desarrollaba hacia dónde cree que se orienta el futuro de la farmacia hospitalaria. “Creo que va a venir determinado por tres hechos: la especialización clínica del farmacéutico hospitalario, que obliga a una formación muy rigurosa y a abarcar diferentes ámbitos; el hecho de que esta especialización va a venir determinada por las necesidades de los pacientes, que cada vez son más activos y quieren tener más participación y la importancia de las alianzas, como la realizada en Onco&Fir”.

José Manuel Ventura, director general de Farmacia y Productos Sanitarios de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública de la Generalitat Valenciana, intervenía en una de las líneas expuestas por Delgado. “Creo que se han acabado las especialidades estancas y que en este momento hay que ofrecer asistencia a los pacientes”, indicaba. En cuanto a la eficiencia, consideraba que “esta ha de lograrse a través de la calidad asistencial”, puntualizando que “más allá de contar con fármacos muy buenos, hay que tener un conocimiento profundo y también de la gestión de recursos para mejorar los procesos”.

Por último planteaba que, bajo su punto de vista, “la atención farmacéutica ha de estar focalizada en el paciente y, en el caso de los pacientes oncológicos a los que se administra antineoplásicos, hay que tener en cuenta que tienen patologías y fármacos concomitantes”. En definitiva, señalaba que “desde los servicios de farmacia hospitalaria y, en concreto, en las unidades más especializadas de oncología se debe trabajar en la agilidad y la habilidad para diseñar los diferentes procesos asistenciales y poder atender a los pacientes oncológicos de la mejor manera en sus hospitales”.

Integración del farmacéutico en los equipos

“La atención oncológica de calidad será multidisciplinar o no será”. Con esta rotunda frase comenzaba su intervención Eduardo López, del Hospital Politécnico La Fe de Valencia. Y es que, según el experto, nadie duda en los hospitales de que el farmacéutico representa un papel muy importante en estos equipos.

López mencionaba que los farmacéuticos son una figura clave en “el ámbito de la preparación o de asegurar el preparado prescrito que llegará en condiciones correctas de calidad”. Asimismo, tiene una función relevante dentro del equipo y tiene que ver con sus conocimientos específicos (farmacocinética, interacciones con medicamentos, etc.) o con la parte de evaluación de los tratamientos. “Estamos asistiendo a la incorporación de nuevos medicamentos, a veces innovadores y otras no tanto, que se incorporan a la terapéutica con incertidumbres. Probablemente, la experiencia del farmacéutico en la evaluación puede ayudar al resto del equipo multidisciplinar a situar correctamente al fármaco”, apuntaba.

Por su parte, Enriqueta Felip, presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), coincidía con López en que el manejo de los pacientes oncológicos debe ser multidisciplinar: “Es la única manera que tenemos de tratar a nuestros pacientes de forma excelente”.

Además, Felip señalaba que oncólogos y farmacéuticos tienen muchos objetivos comunes: la optimización de los fármacos, la seguridad, la trazabilidad, el coste, los tratamientos de soporte… “Es evidente que todo el conocimiento de los farmacéuticos en interacciones, en garantizar el cumplimiento de los fármacos, es de gran valor”. Asimismo, considera que la participación y visión de los farmacéuticos en los comités de tumores es fundamental.

Por ello, “la colaboración con el servicio de farmacia hospitalaria tiene que ser muy estrecha”, afirmaba. Por ejemplo, “trabajar en una misma área física, facilita la interacción” entre ambos profesionales y el paciente está “más satisfecho” si se trabaja conjuntamente.


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