“La educación sanitaria es algo que debería comenzar en las escuelas”. Bajo esta premisa el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valladolid, junto a Sefac, está volcado en la formación de los estudiantes de ESO y Bachillerato en el correcto uso de medicamentos gracias a la iniciativa ‘ConóceMe’, que en esta tercera edición pretende llegar a cerca de dos mil alumnos de 17 institutos. ¿Cómo? Inculcando buenos hábitos en el autocuidado y adherencia farmacoterapéutica desde la adolescencia.

Rafael Martínez Olmedo, secretario del Colegio y coordinador de este proyecto, explica a EG que la iniciativa de enseñar acerca del buen uso de medicamentos partió de Joaquina Huarte, del COF de Navarra, cuyo recorrido continuó Sefac a través de un proyecto de investigación. Con esta base, el Colegio de Valladolid adaptó lo que ya estaba iniciado y creó un curso educativo más concentrado para ampliar su alcance. “Siempre hemos sido muy receptivos a los proyectos de educación, como los ‘Desayunos del corazón’ que preparamos hace 20 años para enseñar a los alumnos jóvenes a desayunar de modo sano en los colegios”, cuenta el secretario.

Tanto él como Alejandro García, presidente del COF de Valladolid, participaron en la segunda edición del proyecto de 2018 en Zamora. “Nosotros hemos recogido le testigo y lo hemos ampliado”, explica. Desde el Colegio ofrecen tanto el propio curso de Sefac, como el diseñado por ellos, que es una versión de menor duración que se basa en un aprendizaje a través de preguntas y respuestas e interacción con los alumnos. “Hemos puesto a disposición de los colegios el curso de Sefac y nuestra formación, que es un resumen para llegar a más jóvenes”.

¿Por qué es tan importante inculcar a los niños y adolescentes el buen uso de los medicamentos, la adherencia y el autocuidado? Rafael Martínez considera que hay que insistir en que los medicamentos no se pueden tomar a la ligera. “Todos tienen pros y contras y posibles reacciones entre sí o con el alcohol, por ejemplo”. Para el secretario entre los jóvenes abunda el desconocimiento y la falta de consciencia frente a su uso inapropiado. “Enseñamos cosas básicas como por qué tomar dos dosis de un medicamento puede ser tóxico, es una formación mínima que completamos con mucha interacción con los jóvenes”, apostilla.

“Incidimos mucho en enseñar a leer el prospecto y que, si no se entiende, se pregunte al farmacéutico”

Rafael Martínez Olmedo, secretario del COF de Valladolid

Batalla contra la desinformación

Para el secretario, uno de los ejemplos más evidentes que justifican educar en salud es que “los jóvenes sólo se informan por internet“, con las implicaciones negativas que eso conlleva. Esta es una de las principales preocupaciones de los farmacéuticos que participan en esta formación y que han advertido en la mayoría de centros. Los resultados de una búsqueda rápida sobre algún fármaco, en muchas ocasiones, derivan a páginas que confunden o desinforman a los usuarios.

“Para conseguir información veraz a quien tienes que preguntar es al profesional sanitario o al prospecto. Incidimos mucho en enseñar a leer el prospecto y que, si no se entiende, se pregunte al farmacéutico”, incide Martínez. Los conocidos como influyentes en redes sociales, es decir, aquellos que tienen miles de seguidores en sus perfiles y cuyos mensajes se propagan masivamente entre los adolescentes, suponen también un riesgo en auge. Ya que, en muchas ocasiones, incurren en errores de manera consciente o inconsciente que pueden derivar en un mal uso de los fármacos.

Esa falta de conocimiento, incrementado por la influencia adversa de las redes sociales, deriva en que los menores no entiendan que los medicamentos que tienen a mano pueden ser perjudiciales para ellos. Como en el caso de una joven que no entendía por qué no podía tomar paracetamol de un gramo o ibuprofeno de 600 gramos si es lo que hay en el botiquín de su casa. “Desconocer que las dosis deben ir acorde a su peso es un problema. Por ello los medicamentos con receta médica no deberían estar en un botiquín, ni en dosis altas”, incide.

“Queremos que los alumnos empiecen a valorar que tener a un farmacéutico a pie de calle para consultar, preguntar y adquirir una medicación es sembrar para el futuro”

Rafael Martínez Olmedo, secretario del COF de Valladolid

Figura del farmacéutico

En esta tercera edición se hace un especial hincapié no sólo en el uso correcto de antibióticos, también en el peligro de las resistencias antimicrobianas. Lo primero es conseguir un uso racional y responsable del medicamento a medio y largo plazo, “porque los medicamentos no son ninguna broma, hay que explicar a por qué se adquieren en la oficina de farmacia y la garantía que eso conlleva”. Por otro lado, esto sirve para realzar la labor del profesional de la botica.

Por ello, otro de los objetivos fundamentales es promover la figura del farmacéutico comunitario como experto en el medicamento. “Queremos que, desde pequeños, los alumnos empiecen a valorar que tener a un farmacéutico y una farmacia a pie de calle para consultar, preguntar y adquirir una medicación es sembrar para el futuro”, sostiene el secretario del COF de Valladolid.

Es un camino largo, pero que dará sus frutos si esa iniciativa “se hiciera de modo rutinario, todos los años y que pudiera expandirse a nivel de toda España”. Se trata de dar una primera pincelada que “reforzaría nuestra figura, nuestro sistema de distribución, de acceso y el sistema sanitario, porque formamos parte de la Sanidad”, enfatiza Martínez.


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