Una de las funciones del farmacéutico comunitario es el control del correcto uso de los medicamentos y productos sanitario, a través de un Servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico (SFT). Una nueva función que podría añadirse a esta competencia del farmacéutico es el denominado ‘Diagnóstico Lastre Generado por Medicamentos’ (DLGM), que es la interpretación médica de un problema de salud generado por medicamentos y atribuido a causas clínicas. El farmacéutico comunitario es el profesional sanitario idóneo para atajar este contratiempo para la salud del paciente, a través del SFT.

Este fenómeno, recoge Diana Laura García en un artículo en Pharmaceutical Care España, supone la “pérdida de identidad” de la dolencia y “limita su identificación y manejo”. Esto repercute en que no hay una mejoría de la enfermedad si no se corrige la causa del problema y que se pueda producir un empeoramiento y persistencia de la enfermedad derivados del fracaso farmacoterapéutico. “La identificación del DLGM permite detectar muchos resultados negativos asociados a la medicación (RNM) y contribuye a su adecuado tratamiento”, no hacerlo “complica el estado clínico del paciente y limita su recuperación”.

Como explica la farmacéutica, a través de una investigación iniciada en el servicio de SFT, los profesionales comprobaban que determinados pacientes, con problemas de salud persistentes, no mejoraban con los tratamientos indicados y además sus síntomas eran compatibles con posibles reacciones adversas a medicamentos, interacciones u otros resultados negativos que implicaban a uno o varios medicamentos de su farmacoterapia. “Era posible establecer coherencia cronológica con los fármacos sospechosos al tratarse de RNM no inmediatos”, sostiene. La observación de que había un patrón en repetidos casos clínicos a raíz del seguimiento farmacoterapéutico, en el cual muchos pacientes no respondían a una terapia indicada, sugiere que sufren un efecto adverso enmascarado por un diagnóstico errado. De ahí la importancia de reconocer el patrón como paso previo a detectar RNM.

Propuesta: colaboración médico-farmacéutico

“Nuestra hipótesis plantea que las reacciones adversas que tienen lugar después de un tiempo de exposición son abordadas como enfermedades, pasando desapercibidas como RNM y asumiendo el rol de Entidad Nosológica”, argumenta García. El fracaso farmacoterapéutico, al no corregirse la causa original del problema, se convierte en un lastre para el enfermo. El DLGM generado por una reacción negativa no identificada en un escenario de pluripatología y medicación “se traduce como un lastre que limita la recuperación de los enfermos”. Por ello, la reversión de DLGM garantizará el abordaje adecuado de los problemas relacionados con la medicación.

La propuesta de la especialista se concreta en un algoritmo de caracterización del problema como herramienta de cribado que se aplica a pacientes en el servicio de seguimiento farmacoterapéutico. De esta forma, el farmacéutico podría solucionar problemas de salud “a la vez que contribuye a la disminución del gasto sanitario debido a la realización de pruebas diagnósticas y derivación a consultas especializadas partiendo de un error diagnóstico”. Este ejercicio, en conclusión, sería un puente de colaboración entre el médico y farmacéutico en favor de una mejor atención sanitaria.


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