“A buenas horas”, pensarán algunos. “Nunca es tarde”, otros. La realidad es que la expansión de la variante Ómicron, y el récord de casos positivos de COVID-19 que está acarreando —muchos de ellos ‘autodetectados’ por la propia población y no las estructuras sanitarias—, ha llevado a más Comunidades Autónomas a apoyarse en las farmacias para el registro de dichos positivos. En algunos casos, con el añadido de que se faculta a los farmacéuticos para la propia realización de las pruebas diagnósticas en las boticas.

No es una medida nueva. Desde hace meses ya es una realidad en comunidades como Aragón, Murcia, Cantabria, La Rioja para reducir la presión asistencial de la Atención Primaria. Pero ahora más común. En los últimos días, Cataluña, Comunidad Valenciana, Asturias y Canarias se han sumado a la lista.

Por ejemplo, respecto a la Comunidad Valenciana, el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunciaba el 5 de enero un acuerdo con los colegios farmacéuticos para que las farmacias regionales puedan notificar los casos positivos de las pruebas COVID-19 presenciales de antígenos y registrarlos en la base de datos de la Conselleria de Sanidad Universal, con el consentimiento de las personas que se los han realizado.

Ana Barceló, consejera de salud Universal, y Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana.


El test deberá hacerse de forma presencial y, en el caso de ser positivo, el establecimiento lo comunicará a Sanidad. El registro de datos personales por parte de la oficina de farmacia se hará siempre que la persona que se somete al test lo desee. El responsable del Consell ha agradecido la voluntad de colaboración mostrada por los colegios profesionales en esta “causa común” de la lucha contra la pandemia de COVID-19.

Cataluña dio el paso días antes

Apenas días antes, el 3 de enero, se anunciaba un acuerdo en este sentido entre el Catsalut y el Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña. En este caso, para el registro de casos positivos, sin realización de pruebas.

Con este nuevo convenio, las farmacias comunitarias catalanas que ya estaban autorizadas para realizar test de antígenos supervisados —1.300 oficinas de farmacia de la región—, podrán a partir de ahora comunicar a Salut los resultados positivos de los ciudadanos que se hayan realizado el autotest en casa.


“En el momento actual, nos puede facilitar mucho la recogida de positivos en el sistema sanitario. Es un circuito excepcional para un momento de incidencia muy alta, rápido, puesto en marcha para facilitar la vida a la gente y para descongestionar los centros de salud de usuarios sin síntomas, que no deberían moverse por el sistema”, apuntó Gemma Craywincke, directora del Servicio Catalán de Salud (CatSalut). “Nos encontramos en una situación de incidencia muy elevada y como profesionales sanitarios, debemos colaborar en la descongestión del sistema sanitario”, añadió al respecto Jordi Casas, presidente del Consejo de COF de Cataluña.

En Asturias, las farmacias podrán notificar positivos —de forma voluntaria— desde este 8 de enero. Será requisito indispensable que la prueba se haya efectuado en el propio establecimiento, ya que el Gobierno considera que en aquellas que se hayan realizado en domicilios no se puede garantizar la trazabilidad.

También los Gobiernos de Canarias y Baleares han adelantado que se ultima un protocolo para que la red de farmacias insulares pueda registrar positivos de COVID-19.