Un retraso en la recertificación de la pilocarpina por parte de la Agencia Europea del Medicamento, sustancia que se utiliza para el diagnóstico precoz de la fibrosis quística, está provocando desabastecimiento, que esta enfermedad no sea detectada y que, en consecuencia, no se apliquen los tratamientos precoces adecuados.

La fibrosis quística es la enfermedad genética más frecuente en Europa y afecta a uno de cada 5.000 recién nacidos en el continente. En los pacientes que sufren FQ existe un defecto genético que altera la proteína encargada de regular el intercambio de cloro y sodio en las células, lo que hace que se generen secreciones espesas y viscosas (mucosidad) que obstruyen los canales y alteran la función de los órganos donde se localizan (aparato respiratorio, digestivo, reproductor y glándulas sudoríparas). Su detección temprana, permite a los médicos actuar con premura y aplicar los tratamientos que mejoren la calidad de vida de estos pacientes.

La prueba más sencilla para detectarla en los recién nacidos, y que se utiliza desde finales de los años 50 del siglo pasado por su efectividad y seguridad, es el llamado test del sudor, el cual tiene como base la medición de la concentración de cloro en el sudor, tras inducirlo mediante iontoforesis con pilocarpina. Sin embargo, actualmente, la Agencia Europea del Medicamento está trabajando en una recertificación de la pilocarpina, lo cual está generando retrasos en su abastecimiento en los hospitales.

“Esta escasez, nos preocupa porque pone en riesgo el Programa de cribado neonatal de la fibrosis quística y los beneficios más que probados de este”

Para la Dra. Verónica Sanz, neumóloga pediátrica y coordinadora del Área de Neumología pediátrica de Separ, “esta escasez, nos preocupa porque pone en riesgo el Programa de cribado neonatal de la fibrosis quística y los beneficios más que probados de este”. Los médicos de SEPAR insisten en la seguridad de la pilocarpina, que se utiliza de forma tópica para estimular la producción del sudor y así detectar valores por encima de lo normal en la concentración de cloro, uno de los marcadores de la FQ.

Ya desde la primavera, la Federación Española de Fibrosis Quística y la Sociedad Española de Fibrosis Quística se pusieron en contacto con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), pero la situación continúa igual. Por ello, esta especialista pone en relieve la seguridad de este compuesto e insta a las autoridades a que puedan acelerar su tramitación y que se trate de un hecho puntual, que no vuelva a repetirse: “El uso de la pilocarpina es seguro, desde hace años se utiliza sin ningún tipo de contraindicación, por lo que pedimos al área de productos sanitarios de la Agencia Española del Medicamento que se busque una tramitación de urgencia transitoria, mientras se realiza la recertificación de este medicamento. Estamos hablando de una de las enfermedades genéticas más frecuentes del continente, y su detección y tratamiento precoces previenen, entre otros, de daño irreversible estructural del pulmón”, concluye.


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