Alberto Cornejo Madrid | viernes, 10 de mayo de 2019 h |

Como es habitual cuando se aproximan unas elecciones generales que pueden cambiar el color del Gobierno, todas aquellas medidas implantadas o normativas promulgadas en las semanas —o días— previos al paso por las urnas bien conviene ponerles el sello de “provisionales”. En especial aquellas que han causado desencuentros, o desacuerdos, entre las formaciones políticas.

En el caso de la farmacia, los resultados del 28-A debían aportar luz a aspectos como el Plan de Reforma de la Atención Primaria validado por el último Consejo Interterritorial celebrado antes de los comicios —al que solo acudieron las CC.AA. socialistas— o el proyecto de Real Decreto que apuntalará el sistema de verificación de medicamentos en España. Un proyecto que, tras ser presentado y finalizar en febrero el periodo de consulta pública, el Gobierno mantiene inexplicablemente guardado en el cajón impidiendo el desarrollo de este sistema en los hospitales públicos.

Pues bien, los resultados electorales y la continuidad de un Ejecutivo socialista supone paralelamente la continuidad de ambas medidas tal como se conocían hasta ahora. Por ejemplo, respecto al Plan para la reforma de la Atención Primaria, la farmacia comunitaria ve desvanecerse así la posibilidad de una marcha atrás en este plan que otorga a las boticas un papel meramente residual en la nueva estrategia fijada por el Ministerio.

En concreto, la farmacia comunitaria queda relegada únicamente a participar en protocolos de colaboración con enfermeros en campos como la conciliación, el seguimiento farmacoterapéutico y la adherencia. Precisamente, la publicación en el BOE del pasado 7 de mayo de este plan cierra definitivamente las puertas a un posible cambio al respecto.

La situación en torno al real decreto de verificación es distinta, dado que la necesidad de su publicación para cumplir con Bruselas debía considerarse ‘a salvo’ de los resultados electorales. Ahora bien, no debía desterrarse la opción de que un ‘nuevo’ Gobierno —ahora ya descartado— hubiese querido cuando menos revisar su contenido y, en consecuencia, retrasar (aún más) su publicación.