Alberto Cornejo Madrid | viernes, 01 de diciembre de 2017 h |

Los datos dicen que se trata del año más prolífico desde que Extremadura y Canarias ‘estrenasen’ el proyecto en 2015, puesto que se han doblado las cifras de participación. Pero todavía insuficiente para cumplir con las previsiones ministeriales de principios de año —que pronto fueron ampliadas— respecto a conseguir la plena interoperabilidad de los modelos autonómicos de receta electrónica en este 2017. Los nuevos cálculos apuntan a conseguir el objetivo en el primer trimestre de 2018, para lo cual tocará cambiar la marcha al ralentí que sigue este proyecto y pegar un definitivo acelerón.

El año 2017 comenzó con cuatro regiones integradas en el proyecto de interoperabilidad de e-receta del SNS: Extremadura; Canarias; Navarra y Castilla-La Mancha (esta última por entonces sólo en calidad de emisor). En el cómputo de los doce últimos meses, un total de seis nuevas regiones se habrán unido a este grupo, una vez que Asturias cierre en este mes de diciembre el círculo de la interoperabilidad en este año. Antes lo habían hecho Comunidad Valenciana (febrero); Galicia (marzo); Aragón (mayo); La Rioja (mayo) y Castilla y León (junio). También debe recogerse en este análisis de 2017 que el pasado mes de julio Castilla-La Mancha completaba su plena participación en el proyecto comportándose ya también como receptora de e-recetas de otras autonomías.

Como se ha indicado anteriormente, a falta de unos flecos el Principado de Asturias se incorporará de forma inmediata en este mes de diciembre —aún sin fecha concreta de inicio— a esta interoperabilidad. Apenas faltan los últimos flecos, como es la certificación por parte del Ministerio de Sanidad del sistema de conexión del módulo de receta electrónica con el que trabaja la atención primaria asturiana. Una vez se produzca esta homologación, sólo faltará poner fecha y hora para oficializar la entrada de Asturias en el proyecto.

El consejero de Sanidad del Principado de Asturias, Francisco del Busto, ha destacado el trabajo que se ha realizado en coordinación con el Colegio Oficial de Farmacéuticos para llevar a cabo las diversas adaptaciones tecnológicas con las que responder a las exigencias establecidas por el Ministerio de Sanidad. “Su implantación dará un servicio de más calidad al usuario, que podrá desplazarse a las comunidades autónomas participantes sin necesidad de llevar los fármacos recetados para periodos largos ni acudir a otros centros sanitarios para la emisión de recetas”, ha explicado.

Próximamente, podría ser País Vasco la siguiente comunidad en incorporarse al proyecto. Su consejero de Sanidad, Jon Darpon, ya ha anunciado que los pacientes de esta autonomía podrán retirar su medicación en otras CC.AA a principios de 2018. No obstante, los expertos siguen recordando que la verdadera prueba de fuego de este sistema tendrá lugar cuando entren a formar parte de él las ‘grandes’ regiones —por cifra de habitantes y red de farmacias— como Comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía.

Respecto a estas últimas, poco o nada se sabe en cuanto a fechas. Por ejemplo, respecto a Andalucía (que fue la primera región en desarrollar la receta electrónica, allá por 2003), su consejera de Salud, Marina Álvarez, recuerda que “es importante entrar en la interoperabilidad”. Respecto al retraso en su incorporación, pese a ser pionera en este sistema, la consejera andaluza alude a “ajustes técnicos” entre el módulo del SAS y el nacional que esperan “resolver pronto”. “El objetivo es que pronto esté disponible”, apunta.

A punto de alcanzar las 10.000 boticas

Una vez se concrete la entrada de Asturias, la inclusión de diez CC.AA en este proyecto permitirá situarse muy cerca del umbral de las 10.000 oficinas de farmacia participantes en la interoperabilidad.

A lo largo de 2017 se habrán sumado más de 6.700 boticas. En concreto —incorporando las 455 que aporta la red de Asturias— serán 9.923 establecimientos los que podrán despachar recetas electrónicas prescritas en alguna de esas diez regiones con el inicio del nuevo año. Una cifra que empieza a coger ‘cuerpo’ pero todavía por debajo de la mitad (45 por ciento) de la red nacional formada por 21.968 establecimientos.

Respecto a la cifra de pacientes que pueden beneficiarse de la posibilidad de retirar su medicación en alguna región —no todas—, distinta a la de su residencia, apenas abarca el 40 por ciento del total de la población española. En concreto, solo 18,7 millones de españoles pueden hacer uso de esta posibilidad. Según los últimos datos ofrecidos por las CC.AA a EG —a septiembre de 2017— más de cien mil recetas electrónicas se habían despachado en lugares distintos a donde fueron prescritas.

La e-receta privada, lista para arrancar

De forma paralela a la evolución de la interoperabilidad de la e-receta del SNS, la receta electrónica privada termina de afinarse en ‘boxes’, lista para arrancar.

Desde su constitución el 28 de septiembre, el Grupo de Trabajo sobre Receta Médica Electrónica Privada que conforman CGCOF, CGCOM, IDIS, y mutualidades públicas y privadas, viene desarrollando el diseño de un modelo consensuado de e-receta privada que aporte una solución global, estándar e interoperable de ámbito nacional. Ahora bien, de forma paralela se están desarrollando modelos locales, como el que van a pilotar los Colegios de Médicos y Farmacéuticos de Sevilla.

De vuelta al proyecto nacional, el cronograma pasa porque este 19 de diciembre se presenten las bases del modelo y a partir de enero de 2018 se inicien las primeras pruebas.