Alberto Cornejo Madrid | viernes, 11 de noviembre de 2016 h |

Dado que el nuevo paradigma sociosanitario ‘obliga’ a ello, mucho se habla de la importancia de estrechar lazos desde la farmacia comunitaria con la figura del cuidador. Y es que, en un escenario en el que predomina la dependencia y/o el interés del paciente de abordar sus tratamientos en el domicilio, es el cuidador quien en buena parte de los casos visita la farmacia y ejerce como único contacto entre paciente y farmacéutico. El problema surge al constatarse cierta desconexión actual de estos eslabones en la cadena de atención al dependiente.

Al menos así se desprende de los resultados de un estudio elaborado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), junto a la Fundación Envejecimiento y Salud (con la colaboración de Lindor), publicada con motivo del Día del Cuidador conmemorado el pasado 5 de noviembre. Los resultados dicen que solo el 16 por ciento de los cerca de 9.000 cuidadores encuestados dice necesitar “apoyo” del farmacéutico en su labor de atención al dependiente a su cargo. En este sentido, el farmacéutico sería el profesional sociosanitario que los cuidadores señalan como el que menos le “aporta” en su quehacer, por debajo de los trabajadores sociales (27 por ciento de los encuestados), los enfermeros (37 por ciento) y los médicos de familia (65 por ciento). Un 52 por ciento de los encuestados considera necesario recibir ayuda externa —directa o indirecta— en su cometido.

Este escaso apoyo del cuidador en el boticario es más preocupante analizando otros resultados del estudio, como los relativos al cuidador o al propio paciente dependiente. Por ejemplo, el 85 por ciento de los mayores dependientes cuidados resulta “dependiente” para tomar los medicamentos adecuadamente, un aspecto en el que el asesoramiento desde la oficina de farmacia puede resultar fundamental. También en su papel como puntos informativos, ya que el 53 por ciento de los cuidadores consideran “relevante” conocer la enfermedad del dependiente al que atiende.

En el ámbito político se viene constatando últimamente cómo las encuestas no reflejan (o atinan) con la realidad (véase Brexit, acuerdo de paz en Colombia o, más recientemente, las elecciones en Estados Unidos). Una situación que también podría aplicarse al caso que nos ocupa, al menos si atendemos a las opiniones de los profesionales y su defensa de la importancia de la farmacia comunitaria en la atención al dependiente. Bien sea de forma directa (por ejemplo, en la anhelada Atención Farmacéutica Domiciliaria), o a través de la figura de su cuidador. “La farmacia comunitaria ofrece ese apoyo continuado, consejos, orientación, etc.” apunta a EG José Antonio López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Respecto a ese 85 por ciento que señala el estudio de pacientes dependientes que también lo son para la toma de sus medicamentos, López Trigo recuerda que quien ha perdido la autonomía física “también ha perdido en muchos casos la autonomía cognitiva”. Por ello, el boticario salta a escena como “ese elemento que evita interacciones, cambios…”, enumera .

Cabe recordar que la SEGG acaba de firmar un convenio de colaboración con la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) para realizar actividades conjuntas de formación e investigación que redunden en la mejor atención a los mayores y “reforzar lazos entre estos dos elementos clave en la atención al dependiente como son el farmacéutico y su cuidador”, añade.