El Global Barcelona | lunes, 27 de noviembre de 2017 h |

La Asociación de Farmacias de Barcelona (AFB) ha empezado una nueva etapa el pasado 15 de noviembre, fecha en la que la nueva junta directiva tomó posesión de sus cargos. Al frente de la misma repite Antoni Torres —también presidente de la patronal regional Fefac— mientras que otros de sus principales cargos serán ocupados por Marina Oriol (vicepresidenta) y Berta Nialet (secretaria).

Cara a esta nueva legislatura, la junta directiva de la empresarial barcelonesa pretende liderar y seguir trabajando para evolucionar hacia una farmacia más sólida y sostenible, más integrada en el sistema sanitario y que aporte más servicios de prevención y cuidado de la salud. Asimismo, la AFB considera esencial en su estrategia la comunicación bidireccional con los titulares de farmacia asociados y con la sociedad, y que dicha relación sea cada vez más abierta, directa y participativa.

Entre las acciones a corto y medio plazo, se encuentran las encaminadas, una vez conseguidas una predictibilidad y estabilidad en los cobros correspondientes a los medicamentos dispensados en oficinas de farmacia, a recuperar el plazo en el abono de las facturas, actualmente con un retraso de 25 días respecto a lo acordado en el Concierto con el Servicio Catalán de Salud. Otro de los retos a los que hará frente AFB es, junto al resto de empresariales provinciales catalanas, acordar el primer Convenio Colectivo catalán de oficinas de farmacia, que establezca unas condiciones comunes para todos los trabajadores de las farmacias de Cataluña. Cabe recordar que actualmente la provincia de Barcelona cuenta con uno propio y el resto (Girona, Tarragona y Lleida) comparten el interprovincial. El proyecto de converger hacia un único acuerdo laboral responde a una estrategia más amplia de Fefac de incrementar la coordinación entre las cuatro empresariales, respetando las particularidades y realidad de cada una y reforzando su presencia provincial.

Asimismo, AFB continuará trabajando para facilitar y reforzar las buenas prácticas en torno a la dispensación de productos farmacéuticos que las farmacias ya realizan, tanto presencialmente como online, y denunciando las posibles prácticas de competencia desleal o directamente ilegal de empresas externas al canal, siempre en defensa de la seguridad y el cuidado de la salud que aporta la oficina de farmacia a los ciudadanos.