Alberto Cornejo Madrid | jueves, 17 de enero de 2019 h |

En 2018, la patronal farmacéutica madrileña Adefarma anunciaba el desarrollo —con Luda Partners— de una herramienta que veía la luz con el objetivo de minimizar las consecuencias de que dicho ejercicio, 2018, sea recordado como “el año de los desabastecimientos”, en palabras de su presidente, Cristóbal López de la Manzanara. Se trata de la plataforma tecnológica LUDA, una suerte —en su resumen más general— de red online de contacto entre farmacias ante una situación de falta o desabastecimiento, con el fin último de saber si un establecimiento dispone de alguna referencia del medicamento implicado e informar al paciente de esta opción.

Actualmente, en torno a medio millar de farmacias nacionales (200 en Madrid) trabajan con esta plataforma. Pero desde Adefarma se considera que, por su utilidad como “vigilancia del sistema” y para facilitar que el paciente encuentre su medicación “se necesita que más farmacéuticos se involucren en el proyecto”, anima López de la Manzanara.

En concreto, durante su intervención en el tradicional encuentro con los medios de comunicación de inicio de año, el presidente de Adefarma pidió el apoyo expreso de “colegios y distribuidores”. Sin embargo, las sensaciones actuales de este dirigente es que hay reticencias: “no sé por qué hay miedo a LUDA”, indica.

Según deja entrever, en el trasfondo de algunas de estas reticencias podría esconderse el hecho de que sea un proyecto —que también involucra a la patronal nacional FEFE— en el que participa una entidad privada ajena al sector. “Pero el control en la toma de decisiones en torno a esta plataforma es nuestro, de la farmacia”, aclara López de la Manzanara en alusión a FEFE y Adefarma.

Una vez que la farmacia que sufre una falta ha preguntado dentro de la red qué otro establecimiento dispone de esa referencia en su stock —por un orden de menor distancia entre boticas—, se le informa al usuario de su localización y se reserva el mismo. Si finalmente el paciente acude a retirar su medicación y se realiza la venta, el titular debe abonar un importe calculado sobre el 10 por ciento del precio del medicamento dispensado en concepto de “transacción informática”. El importe se reparte entre la plataforma (3 por ciento) y la farmacia (7 por ciento)que inició la gestión. Ahora bien, López de la Manzanara concreta que ese 10 por ciento “en ningún caso se extrae del margen” y que se trata de un importe en concepto de transacción como el que puede existir en muchas otras operaciones bancarias, online, etc.