“Las vacunas no salvan vidas, salva vidas la vacunación”, ha comentado Pilar Arrazola Martínez, jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del H.U. 12 de Octubre, durante la presentación del libro: ‘Vacuna antigripal adyuvada: 20 años protegiéndonos de la gripe’. Esta publicación recoge una breve historia del desarrollo de la vacuna contra la influenza. Desde la creación de la primera vacuna inactivada monovalente en 1936 hasta la autorización de la primera vacuna adyuvada con MF59 en Europa en el año 1997, pasando por la autorización de EE. UU. de la primera vacuna inactivada bivalente para uso en población civil de 1945.

Junto a la co-autora del libro ha estado Ángel Gil, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública Universidad Rey Juan Carlos, que también ha participado en la elaboración del mismo y en el que han hecho hincapié en la importancia que tiene la investigación y el desarrollo de vacunas con formulaciones mejoradas para una adecuada estrategia de prevención para hacer frente a la gripe.

Ambos expertos han sido presentados por el anfitrión del evento, el profesor Fernando Bandres Moya, director del Centro de Estudios Gregorio Marañón de la Fundación Ortega-Marañón, en cuya sede se ha dado un simposio en el que se han explicado los puntos fundamentales de la publicación. En su elaboración, a parte de los ya mencionados Ángel Gil y Pilar Arrazola, han participado Jose Maria Eiros Bouza, catedrático de Microbiología de la Universidad de Valladolid, Adolfo García-Sastre del Dpto de Microbiología del ICAHN School od Medicine, Hospital Mont Sinai, NY, USA y Joan Puig Barbera, investigador senior de FISABIO.

Por su parte, los especialistas han resaltado la importancia de las sustancias adyuvantes que administradas junto al AG vacunal, “aceleran, prolongan y aumentan la respuesta inmune especifica”. Poniendo de manifiesto que este tipo de vacunas inducen a una respuesta inmunitaria significativamente más elevada que la generada por las vacunas estándar no adyuvadas, ofreciendo protección frente a cepas heterólogas.

Vigilancia epidemiológica

Cada año mueren a causa de la gripe entre 4.000 y 5.000 personas. Los casos suelen empezar con la llegada del invierno y afectan principalmente a los más pequeños, pero con el paso de las semanas se va propagando entre adultos.

 “La mortalidad se da más en mayores, sobre todo cuando tienen alguna patología crónica”, ha comentado Gil, que ha recordado que aún así esta temporada 2022-2023 se ha centrado más en niños. “Esto ha hecho que el ministerio de Sanidad haya incluido la recomendación de la vacunación antigripal en niños entre los seis meses y los seis años de edad”, ha añadido.

El experto ha recordado que las vacunas sirven para proteger a las personas que tienen mayor riesgo de enfermedad grave o muerte en caso de padecer gripe y que son fundamentales para reducir la trasmisión de la infección.

“Los costes directos e indirectos que conlleva la gripe comprometen la capacidad asistencial del SNS”

Pilar Arrazola Martínez, jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del H.U. 12 de Octubre

Por otra parte, ha puesto de manifiesto la importancia que tiene la vigilancia epidemiológica para reducir la mortalidad y la morbilidad asociada a la gripe y el impacto que tiene para la sociedad. De esta forma, ha puesto en valor los métodos de control para llevar a cabo esta vigilancia y conocer el peso de la enfermedad. “Gracias a las nuevas pruebas triples podemos saber si los síntomas de una persona derivan de una gripe, de VRS o de COVID. Es importante seguir haciéndolos para motorizar las epidemias”, ha afirmado Gil, que considera relevante diferenciar las gripes de otras infecciones causantes de enfermedades de las vías respiratorias.

También se ha mencionado la importancia de conocer las cepas virales para permitir determinar la composición de las vacunas.

De hecho, una de las conclusiones del libro es que lograr unos niveles adecuados de cobertura vacunal representa uno de los mayores desafíos actuales para el éxito de la estrategia de prevención de la gripe.

Seguridad, costes y acceso

La publicación también incide en que la administración de las vacunas adyuvadas supone una intervención coste efectiva en adultos mayores y representa un ahorro significativo de recursos sanitarios y económicos. “Los costes directos e indirectos que conlleva la gripe comprometen la capacidad asistencial del SNS”, ha explicado Arrazola.

A parte de saturar centros sanitarios y hospitales, la gripe afecta de forma indirecta debido al absentismo laboral. Por ello algunas empresas ya realizan captaciones muy activas de estas vacunas mejoradas.

“Hay que informar bien sobre la gravedad de la gripe y todas las complicaciones en los distintos aparatos del cuerpo que puede acarrear”

Ángel Gil, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública Universidad Rey Juan Carlos

Otro de los temas que se ha tratado durante la presentación del libro ha sido la equidad en el acceso a las vacunas y la seguridad de las mismas. “Las vacunas adyuvadas han demostrado ser seguras y bien toleradas. Aunque se aprecian con mayor frecuencia efectos secundarios, locales y sistémicos son generalmente de carácter leve y limitados en el tiempo”, ha comentado la experta.

Uno de los datos mas curiosos que se comparten en el libro es el porcentaje de vacunación frente a la gripe en personas de más de 65 años. “Hay que informar bien sobre la gravedad de la gripe y todas las complicaciones en los distintos aparatos del cuerpo que puede acarrear. Esta información tiene que ir dirigida tanto a los profesionales como a la población en general”, ha continuado Gil. “Si conseguimos que con el COVID se vacunase más de 90 por ciento de la población, con la gripe debería ser similar”, ha añadido el profesor.

La realidad es que en la ultima campaña (2020-2021) se vacunó un 67,7 por ciento dentro de este rango de edad, cifra que ha aumentado significativamente desde la temporada 2011-2012 donde nunca se llegó al 58 por ciento. Esta subida de 10 puntos porcentuales se atañe al miedo por la COVID.

Lamentablemente, Ángel Gil considera que no se volverá a llegar de nuevo a esas cifras, tal y como ha explicado a EG. Puesto que el COVID ha remitido, “ya no hay tanto interés en la vacunación de la gripe, por lo que en las próximas temporadas es probable que volvamos a ver cifras que se acerquen más al 50 por ciento que al 70″.


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