LA FICHA: Los premiados llevan más de 20 años focalizados en la investigacion para luchar contra el cáncer La institución sueca justifica su veredicto al considerarles los padres de la inmunoterapia
Nieves Sebastián Madrid | 2018-10-05T12:34:09+02:00 h |

La pasada semana el jurado del Instituto Karolinska de Estocolmo daba a conocer el fallo del Premio Nobel de Medicina 2018: el estadounidense James P. Allison y el japonés Tasuku Honjo se hacían con este prestigioso galardón por ser considerados dos de los “padres de la inmunoterapia”. La institución médica justificaba su decisión poniendo en valor “su descubrimiento de la terapia contra el cáncer por la inhibición de la regulación inmune negativa”. A la hora de emitir la decisión, el jurado definió este hallazgo como un “hito” en la investigación contra el cáncer. Este premio no ha llegado de la noche a la mañana, y es que ambos investigadores llevan más de 20 años dedicados a indagar sobre diferentes mecanismos que atañen al cáncer.

Allison y Honzo declararon en las ruedas de prensa que ofrecieron tras conocerse el veredicto, que sus averiguaciones surgieron de una investigación básica, y que fue al estudiar el comportamiento individual de estas células cuando se percataron del papel que podían jugar a la hora de luchar contra el cáncer.

De lo básico a lo complejo

En el caso de Allison, que desarrolla su labor en el Centro de Cáncer MD Anderson, de Houston, fue en los años 90 cuando empezó a investigarla proteína CTLA-4, que actúa como freno para que las células T destruyan determinados tipos de células cancerosas. Al descubrir el comportamiento de esta proteína, Allison entendió que si se eliminaba esa barrera, el sistema inmunológico podría funcionar de una manera diferente y destruir las células tumorales.


James P. Allison
“Nunca me propuse estudiar el cáncer, solo entender la biología de las células T, que nos ayudan a protegernos”


En un comunicado emitido por el centro donde investiga, Allison declaraba que es “un honor” que este galardón recaiga sobre su trabajo y explicaba que para los científicos es una motivación ir más allá de las fronteras del conocimiento. “Nunca me propuse estudiar el cáncer, solo entender la biología de las células T, estas increíbles células que viajan por nuestro cuerpo y ayudan a protegernos”, indicó. El estadounidense agregó que “es un gran privilegio emocional conocer a pacientes de cáncer que han sido tratados exitosamente con bloqueo del punto de control inmune. Ellos son la prueba viviente del poder básico de la ciencia, de seguir nuestras ganas de aprender y entender cómo funcionan las cosas”.

Por su parte, Honzo desarrolla su labor investigadora en la Universidad de Kyoto, en Japón, y sus trabajos están centrados en estudiar otra proteína, la PD-1, que también actúa como inhibidora de las células T. De hecho, los tratamientos que funcionan como inhibidores de esta proteína han demostrado ser unos de los más eficaces para tratar determinados tipos de cáncer como el de cáncer de pulmón o el melanoma.


Tasuku Honjo
“El éxito de esta terapia me ha inspirado para continuar trabajando y buscar nuevos tratamientos para el cáncer”


El investigador nipón declaró estar “inmensamente feliz” por recibir este reconocimiento en una rueda de prensa ofrecida en la institución universitaria en la que trabaja. Honzo definió sus primeros hallazgos como “una consecuencia de la investigación básica” y aseguró sentirse extremadamente afortunado. “El éxito de esta terapia me ha inspirado para continuar trabajando y buscar nuevos tratamientos para el cáncer”, agregó el científico.

La inmunoterapia en la actualidad

Aunque las investigaciones sobre inmunoterapia llevan en desarrollo varias décadas, ha sido durante los últimos años cuando los tratamientos de este tipo han comenzado a cobrar mayor importancia.

Desde el Instituto Karolinska destacan que los tratamientos que se han desarrollado derivados de las averiguaciones realizadas por Allison y Honzo han jugado un papel fundamental para pacientes con cáncer en estado avanzado. Las investigaciones sobre la inmunoterapia basadas en la inhibición de mecanismos que bloquean las células que atacan al cáncer siguen desarrollándose, centrados en encontrar nuevos mecanismos que ayuden a mejorar los tratamientos y a reducir los efectos secundarios que afectan a quien los recibe.

El Karolinska ha aclarado que aunque aquellos fármacos inhibidores de la proteína PD-1 han demostrado mejores resultados, los tratamientos que actúen contra las proteínas PD-1 y CTLA-4 conjuntamente podría ser más efectivos como se ha demostrado en pacientes de melanoma. “Durante más de 100 años los científicos han intentado que el sistema inmune luche contra el cáncer. Hasta los descubrimientos realizados por los dos laureados, el progreso en cuanto al desarrollo clínico era modesto. La terapia de inhibidores de punto de control ha revolucionado los tratamientos contra el cáncer y, fundamentalmente, ha cambiado la manera en que lidiamos con esta enfermedad”, concretaron desde la institución sueca.