| viernes, 18 de enero de 2019 h |

1. Contaminación y cambio climático

La Organización Mundial de la Salud señala la contaminación del aire como uno de los mayores riesgos para la salud pública (nueve de cada diez personas lo respiran a diario), además de la influencia de la evolución en el cambio climático. La entidad advierte de los daños que provoca en el sistema circulatorio, respiratorio o en el cerebro.

2. Enfermedades no transmisibles

Diabetes, cáncer, patologías cardiovasculares… Las enfermedades que no se transmiten causan alrededor del 70 por ciento de las muertes a nivel mundial. La OMS quiere trabajar en la prevención para reducir su incidencia, así como incidir en la necesidad de una detección precoz y tratamiento temprano para evitar fallecimientos.

3. La gripe como pandemia

A pesar de que la OMS monitoriza constantemente los niveles de gripe en el mundo, vaticina que la gripe volverá a ser pandémica este año, aunque no pueden prever cuándo. Sus esfuerzos se centran en incluir nuevas cepas cada año en las vacunas para reducir la incidencia, aunque no pueden saber cuáles serán las responsables de expandirla en cada caso, lo que dificulta la labor.

4. Entornos vulnerables

Un 22 por ciento de la población mundial vive en lugares con crisis prolongada, que conllevan diferentes desafíos como la sequía, la lucha contra el hambre o la resolución de conflictos. La OMS fija como objetivo trabajar en estos territorios para fortalecer sus sistemas sanitarios para responder a las necesidades de sus ciudadanos.

5. Resistencia antimicrobiana

El desarrollo de antibióticos supuso un gran avance, pero la resistencia antimicrobiana provocada por un mal uso de estos fármacos provoca un retroceso a la hora de tratar determinadas patologías. La OMS quiere implementar un plan global para atajar este problema y concienciar sobre un consumo responsable de los mismos.

6. Ébola y patógenos de alto riesgo

La República Democrática del Congo detectó la irrupción de dos brotes de ébola que se expandieron por su territorio en 2018. El impacto de esta patología y otras similares con patógenos de alto riesgo (Zika, virus Nipah, fiebres hemorrágicas…) es muy alto, por lo que la OMS se marca como prioridad promover la investigación y desarrollo en esta área.

7. Debilidad de la Atención Primaria

La Atención Primaria suele ser el primer recurso al que acuden los ciudadanos en caso de enfermedad. Por ello, la OMS resalta la baja calidad que todavía hay en este sector en los países menos desarrollados y aseguran que trabajarán en este 2019 para acabar con las carencias que han detectado, en base a la Declaración de Astaná en esta materia.

8. Corriente anti-vacunas

El hecho de que haya personas que no hagan uso de las vacunas a pesar de que se encuentren a su alcance, supone un gran riesgo para enfermedades que pueden prevenirse, incluso para algunas erradicadas en la actualidad. La OMS recuerda que los profesionales de la salud son la fuente más fiable en este caso y llama a evitar fuentes no fiables.

9. Protección frente al dengue

El dengue, enfermedad contagiada por mosquitos, tiene síntomas similares a los de la gripe y puede llegar a ser letal. Alrededor del 40 por ciento de la población está en riesgo de contraerlo, por lo que la OMS ha creado una estrategia para tratar de reducir los fallecimientos en pacientes de dengue en alrededor de un 50 por ciento antes de 2020.

10. Lucha contra el VIH

Los lucha contra el VIH ha avanzado enormemente durante los últimos años, aunque todavía hay un gran número de afectados. Fomentar las pruebas de cribado, proveer a los pacientes de fármacos antirretrovirales y ofrecer métodos de prevención, son algunas de las estrategias que la OMS propone reforzar para mejorar la lucha contra este virus.