LA FICHA: ‘ClosinGap’ ha presentado un informe que pone el foco en los datos de la desigualdad en sanidad
Nieves Sebastián Madrid | 2018-11-30T12:57:27+01:00 h |

El Foro Económico Mundial cifra en 170 años el tiempo que tiene que transcurrir para cerrar la brecha entre géneros, inequidades que pueden verse en sectores muy diversos como la movilidad, las pensiones o la sanidad.

La plataforma ClosinGap presentó la semana pasada el informe Coste de Oportunidad de la Brecha de Género en la Salud, en el que han tratado de poner en cifras algunas de las desigualdades que hay en esta materia; Marieta Jiménez, CEO de Merck, y Ana Polanco, directora de Corporate Affairs de la compañía, presentaron los principales resultados del informe. Durante la sesión se señaló que España ocupa el puesto número 24 a nivel global en cuanto a igualdad de género, aunque se incidió en que todavía hay mucho en lo que trabajar.

Uno de los datos más descriptivos es el que refleja que la mejora del estado de salud de las mujeres en general podría suponer un ahorro de 9.000 millones de euros al Sistema Nacional de Salud.

Enfermedades y hábitos de vida

Hay dos factores que influyen en la salud: los biológicos y los sociales. Los primeros no se pueden evitar, pero en el caso de los segundos hay datos que demuestran esta desigualdad, como el hecho de que el 88 por ciento de casos de trastornos de conducta alimentaria los sufran las mujeres, en muchos casos por la perpetuación de cánones de belleza. En este punto, los hábitos de vida también influyen y, aunque por ejemplo el tabaquismo se asocia mayoritariamente a los hombres, cada vez se reduce más la diferencia entre géneros en este punto.

Maternidad

En 2017 se registraron un 58 por ciento de los niños que nacían en 1975 en España. Aunque la decisión de tener hijos se ve motivada por muchos factores como pueden ser la libertad personal o las circunstancias en cada momento, desde la plataforma apuntan a que en los países que cuentan con medidas que favorecen la natalidad y la conciliación, las tasas de natalidad siguen siendo más altas. Además, la maternidad está estrechamente relacionada con la salud de las mujeres y el uso que hacen de los servicios sanitarios a lo largo de su vida.

Rol de los cuidadores no profesionales

El 95 por ciento de las personas que abandonan su trabajo o sus estudios para dedicarse al cuidado no profesional de personas de su entorno son mujeres. En total, el porcentaje de mujeres que se ocupan de esta tarea es el 59 por ciento, y son 1.800 millones de horas los que dedican anualmente a desempeñarla. Esto también influye en la tasa de empleo, que baja del 86 por ciento al 65 en las mujeres de entre 25 y 49 años con hijos, y en las patologías derivadas del cuidado de estas personas como pueden ser la ansiedad o la depresión.

Trabajo y salud

Las enfermedades derivadas del empleo también tienen diferente incidencia en función del género. Según los datos que se desprenden de este informe, teniendo en cuenta el plano laboral, las enfermedades de las mujeres acarrean un tiempo de recuperación 11 días más alto que el de los hombres. Por otra parte, mientras que en el género femenino son más habituales los incidentes en el ámbito casero —el doble que en el caso de los hombres—, en el género masculino es mayor el número de accidentes sufridos fuera del hora.

Trascendencia de los sesgos inconscientes

Hay dos maneras en que se manifiestan principalmente los sesgos de género en sanidad: la universalización de los síntomas y la aplicación de tratamientos diferentes basados en estereotipos. En este sentido, el ejemplo del infarto de miocardio es muy representativo; únicamente el 39 por ciento de las mujeres reconoce los síntomas del infarto de miocardio, frente al 57 por ciento de los hombres a lo que hay que añadir el aumento de riesgo que conlleva que en el caso de las mujeres, la primera causa de muerte son las patologías cerebrovasculares.

Esperanza de vida

La esperanza de vida de las mujeres es mayor, siendo las españolas además las que registran una longevidad esperada mayor en toda Europa. Si bien al nacer esta cifra se sitúa en los 85,84 años respecto a los 80,31 de los hombres (datos del INE en 2016), a medida que la edad avanza esta diferencia se reduce a una diferencia de 3,9 años; este descenso de la esperanza de vida de las mujeres se debe a que, a pesar de que habitualmente viven más años, durante los últimos años el estado de la salud que registran empeora paulatinamente.