El 30 de abril de 2018 marca 10 años desde que la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI) lanzó su primera convocatoria de propuestas, una fecha que ya ha entrado en los anales de la historia de la investigación biomédica y farmacéutica europea. En este tiempo, esta colaboración público-privada ha logrado reunir a personas de universidades, de la industria, de pequeñas y medianas empresas, a pacientes y a reguladores para hacer frente a los desafíos vinculados a la investigación y la atención médica; ha encontrado nuevas vías para compartir datos y conocimientos; ha acelerado la investigación… En definitiva, ha portado la antorcha de la innovación médica y demostrado el valor de la colaboración radical.
Si de algo puede presumir el IMI en su décimo anivesario es de haber logrado iniciar un cambio cultural del cual se pueden señalar otros logros bien cuantificables: 5.300 millones de euros de presupuesto; 101 proyectos —todos ellos con un enfoque colaborativo y de innovación abierta— y 2.171 participantes. Eso, sin contar con los resultados tangibles que se han tranducido en beneficios concretos para los ciudadanos europeos en campos como el cáncer, el asma, la diabetes, la resistencia a los antimicrobianos, la salud digital, el ébola y más.
Al proporcionar un modelo único de colaboración, IMI ha sentado las bases para ayudar a investigadores de toda Europa, incluidos muchos de pequeñas y medianas empresas, a avanzar en sus programas de desarrollo de medicamentos. Estas asociaciones permiten a los consorcios financiados por el IMI cubrir toda la cadena de valor y contribuir a lanzar nuevos productos o tratamientos al mercado para el beneficio de los pacientes. Precisamente por su capacidad de aglutinar talento y recursos, IMI ha podido proporcionar adelantos científicos que no habrían sido posibles sin el modelo de asociación público-privada que le ampara.
Historia
Los orígenes de IMI se encuentran en la Plataforma Tecnológica Europea sobre Medicamentos Innovadores, iniciativa liderada por la industria que recibió el apoyo del Sexto Programa Marco de Investigación. El proyecto se desarrolló entre 2005 y 2009, y sentó dos precedentes fundamentales para IMI: en primer lugar, estableció una Agenda para impulsar el desarrollo de medicamentos en Europa; en segundo lugar, demostró la efectividad de un enfoque colaborativo.
Eso permitió llevar la asociación público-privada al siguiente nivel. En 2007, la Comisión Europea presentó una propuesta para crear una asociación público-privada entre la Comunidad Europea y la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas, la Efpia. La apuesta se ampara en el artículo 187 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que permite a la UE establecer empresas conjuntas para la ejecución eficiente de los programas de investigación. Tras los necesarios debates en el Europarlamento y entre los estados, la legislación comunitaria que crea el IMI se aprobó en diciembre de 2007, dotanto al programa del objetivo general de “mejorar significativamente la eficiencia y la efectividad del proceso de desarrollo de medicamentos con el objetivo a largo plazo de que el sector farmacéutico produzca medicamentos innovadores más efectivos y seguros”.
Su presupuesto inicial, de 2.000 millones de euros para el periodo 2008-2013, le convirtió en la mayor colaboración público-privada de ciencias de la vida en todo el mundo. Al lanzamiento de la primera convocatoria le siguieron los primeros proyectos, en 2009. En los años siguientes, IMI continuó lanzando convocatorias de propuestas periódicas, refinando sus normas y procedimientos y aprovechando las mejores prácticas en el camino. A finales de 2013, ya había lanzado 11 convocatorias de propuestas y comprometido todo su presupuesto.
Esos 11 llamamientos dieron como resultado 59 proyectos, algunos centrados en problemas de salud específicos, como afecciones neurológicas (enfermedad de Alzheimer, esquizofrenia, depresión, dolor crónico y autismo), diabetes, enfermedad pulmonar, oncología, inflamación e infección, tuberculosis y obesidad. Otros se centraron en desafíos más amplios en el desarrollo de fármacos (seguridad de drogas y vacunas, gestión del conocimiento, sostenibilidad de la producción de fármacos químicos, uso de células madre para el descubrimiento de fármacos, creación de una plataforma europea para descubrir nuevas medicinas…), así como en la resistencia a los antimicrobianos.
De IMI1 a IMI2
El éxito del programa impulsó a sus responsables a continuarlo en Horizonte 2020, el programa marco de la Comisión Europea para investigación e innovación que se extiende desde 2014 hasta 2020. IMI2 se lanzó oficialmente en julio de 2014, y cuenta con un presupuesto total de hasta 3.276 millones de euros. Construye sobre el éxito de su predecesor, poniendo un mayor énfasis en acelerar el acceso del paciente a los nuevos tratamientos o en la necesidad de traer socios de otros sectores (por ejemplo, diagnóstico, salud animal, informática, imágenes, etc.) a la comunidad ‘IMI’.
La Comisión y la Efpia saben que hay mucho que celebrar y han marcado un calendario anual de actividades para conmemorar la ocasión. A finales de junio tuvo lugar el evento de alto nivel IMI: Celebrando 10 años de innovaciones médicas, que reunión a más de 400 personas, con el objetivo de destacar los éxitos de los proyectos de IMI. En octubre tendrán lugar un simposio científico y un Foro de agentes; en noviembre, IMI estará en Copenhage, en el encuentro Bio-Europe 2018. Se puede seguir su rastro a través de la web, así como en LinKedin y en Twitter, mediante los hashtags # IMI10years y #IMICarryTheTorch.