Nieves Sebastián Madrid | viernes, 29 de noviembre de 2019 h |

Desde el año 2015 Patricia Gómez i Picard está al frente de la Consejería de Salud del Gobierno de Islas Baleares. Antes, fue enfermera, profesión que considera que le ha ayudado a obtener una visión amplia del sector sanitario. A pesar de ser un área muy feminizada, Gómez i Picard cree que es necesario ofrecer más oportunidades a las mujeres para impulsar su carrera y lograr así la igualdad en el sector.

Pregunta. ¿Cuáles son los principales retos en el sector en materia de igualdad?

Respuesta. Por una parte, visibilizar el papel de la mujer en la alta dirección. Según Sedisa [Sociedad Española de Directivos de la Salud] solo tres de cada diez puestos directivos están ocupados por mujeres, y las cualidades de las mujeres son inmensas para generar sinergias y fortaleza en los equipos. Las mujeres son, en general, muy conseguidoras. El problema es que si hay mujeres y hombres se les suele priorizar a ellos, pero hay que tener en cuenta a las mujeres y visibilizar los resultados en salud cuando los equipos en sanidad están liderados por ellas.

P. ¿Qué queda por hacer para que las mujeres lleguen cada vez con más frecuencia a puestos de responsabilidad? ¿Cómo ha sido su experiencia en este aspecto?

R. Yo creo que he sido muy afortunada. El hecho de ser enfermera no te encasilla. Dentro de mi trayectoria he podido estar en diferentes áreas como recursos humanos, áreas de gestión sanitaria… En definitiva, áreas diferentes dentro del sector que no tenían que ver una con la otra, como también pueden ser la investigación o la formación. Eso probablemente llena la mochila. Hay otra cosa importante y es que todos debemos implicarnos más en política. A veces a los profesionales de la sanidad nos cuesta pero hay que tener en cuenta que las decisiones se toman desde la política y muchas veces no hay razones demasiado poderosas para tomar uno u otro camino dentro de la evidencia y de la ciencia; hay decisiones que hay que tomar, y es desde la política donde se establecen las prioridades.

P. ¿Tiene en marcha actualmente el Gobierno balear algún instrumento para promover la igualdad?

R. Este año, por ejemplo, teníamos una situación bastante injusta. Cuando las mujeres embarazadas no podían hacer guardias dejaban de cobrarlas, y por ello hemos decidido prorratear las guardias que habían hecho en los seis meses anteriores y que no les perjudique. Esto ya se hacía en algunas comunidades autónomas. Hace unos años yo no creía en la discriminación positiva porque en mi caso no he encontrado dificultades de acceso por razones de género. También es cierto que la profesión sanitaria está feminizada, lo que favorece que no haya tantas dificultades de acceso o en la interrelación en equipos interdisciplinares. En cuanto a algunas de las medidas en las que estamos trabajando desde el Gobierno Balear, estamos realizando una revisión de todos los programas que estamos llevando a cabo desde un punto de vista de la igualdad. Por ejemplo, tendemos a convocar los puestos como ‘gerente’, en masculino, en lugar de ‘la gerencia’; ahora cuidamos más esos detalles también en los planes estratégicos, en los planes autonómicos y en los planes de salud, que tengan una mirada hacia la no discriminación por razón de género. También incluimos la discriminación positiva en algunas políticas; por ejemplo, la mayoría de las cuidadoras son mujeres, por lo que las formaciones destinadas a este sector se hacen en horarios que les permitan la conciliación o con horarios más amplios. También para el instituto de investigación regional, que recientemente ha sido acreditado por el Instituto de Salud Carlos III, ya existe un Plan de Igualdad y estamos a punto de publicarlo. Estamos trabajando en los planes de igualdad en las empresas públicas no solo porque estemos obligados, sino porque creemos en ello.

P. ¿Cómo de necesarias son las cuotas bajo su punto de vista?

R. Antes no creía en ellas, pero ahora sí. He cambiado de opinión en los últimos años. Ha sido por varios factores. Por ejemplo, hay aspectos muy visibles al observar la realidad de las enfermeras. Yo soy la primera enfermera consejera, pero si alguien no da otra oportunidad a una enfermera no servirá de nada. Con el tiempo será anecdótico. Teniendo en cuenta que los hombres son igual de válidos que las mujeres, si a ellas no les das oportunidades, no las conoces, entonces tampoco pueden progresar en el ámbito de la investigación, de la ciencia, de la tecnología… Tampoco se progresa con facilidad porque son sectores que siempre han estado en manos de hombres de muy alto nivel. Cuando ofreces un cargo de gran responsabilidad piensas en las personas que conoces y a los que más conoces es a hombres: históricamente es así. Un ejemplo de cómo podemos empezar a cambiar en este sentido lo podemos encontrar en Baleares, donde se dan las medallas Ramón Lluch en el día de las Illes Balears; las propuestas que hacemos normalmente para las candidaturas son hombres, no quieres que sea así, pero es cierto que nos cuesta más pensar en mujeres por lo que comentaba antes. Ahí es donde tenemos que hacer el esfuerzo de mirar más allá para que no sea así, y creo que es justo discriminar positivamente en este caso.

P. También la conciliación cobra gran importancia a la hora de hablar del impulso del talento femenino. ¿Qué queda por hacer en el ámbito sanitario?

R. En el ámbito sanitario se ha mejorado mucho. Con las reducciones de jornada que desde la Administración estamos obligados a dar, se facilita esa conciliación entre plano laboral y personal, si bien luego a la hora de incorporar estos cambios a ámbito de gestión, no es nada fácil. En grandes hospitales, como puede ser Son Espases, hay reducciones muy diversas, y esto hay que encajarlo en la actividad asistencial para seguir dando al paciente una asistencia sanitaria de calidad y una continuidad, pero no es nada fácil. En general hemos mejorado. Por ejemplo, en los centros de Atención Primaria no podemos decir que haya discriminación por sexo porque suele haber muchas más mujeres.

P. ¿Qué hace falta en este sentido? ¿Que se ofrezcan cada vez más oportunidades, que haya más referentes femeninos…?

R. Es una cuestión de oportunidades. Hay que dar más oportunidades a mujeres porque luego demuestran sobradamente que tienen cualidades e implicación. Las mujeres son muy conseguidoras y disciplinadas en general a la hora de estructurar los proyectos, suelen tener una visión más amplia e integral de la organización al haber pasado por más áreas de trabajo como es en el caso de las enfermeras. Estas visiones son muy positivas. Lo que se demuestra es que cuando se dan oportunidades, las mujeres trabajan para mantenerlas y que se les ofrezcan otras nuevas.

P. La educación es muy importante a la hora de avanzar en igualdad. ¿Cuáles cree que son los aspectos primordiales a cambiar tanto en los centros escolares como en la educación del día a día?

R. En general la sociedad nos influye muchísimo: las modas, las costumbres, la propia educación… Por mucho que pensemos que la educación quiere ser igualitaria, todavía no lo es. No tenemos por qué sentir durante todo el día la presión de la responsabilidad que nos piden otros. No por ser mujer hay que demostrar a cada momento que eres buena, algo que no se exige a los hombres. El nivel de exigencia hacia nosotras es mucho más alto en general.


“Estamos realizando una revisión de todos los planes desde el punto de vista de la igualdad”



“Hay que dar más oportunidades a mujeres porque demuestran sus cualidades e implicación”