LA FICHA: “Considerado por toda la profesión como el más firme defensor de la farmacia rural en España” “Convirtió a Sefar, creada en 2010, en una voz representativa y altavoz de los derechos del colectivo”
Alberto Cornejo Sevilla | 2019-01-25T13:00:43+01:00 h |

Puede haber tendencia a pensar que ‘solo’ desde las grandes urbes, grandes corporaciones y/o grandes responsabilidades se puede ejercer esa palanca que reclamaba Arquímedes para ‘mover’ el mundo. Francisco Javier Guerrero (1972-2019) demostró que desde El Madroño (256 habitantes) y una pequeña sociedad también se puede mover el mundo. Al menos, ‘su’ mundo: la farmacia rural. Y es que “desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla” —como se encargaba de despedirse, y recordar, al finalizar cada escrito, mail o mensaje que intercambiase— hay quien puede llegar a convertirse “en el más firme defensor de la farmacia rural en España”, como coincide en honrarle toda la profesión.

Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla —en concreto desde la única botica de la localidad y tras “constantes horas de preguntas y reflexión” en torno a a la “precaria situación” de esas farmacias alejadas del foco pero imprescindibles— hay quien se puede meter en el (bendito) “jaleo” de crear allá por 2010, junto a otros compañeros, una sociedad representativa de los farmacéuticos rurales y defensa de sus derechos. O, lo que es lo mismo, la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar).

Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla —y cuando la esclavitud horaria y de guardias permitía el ‘lujo’ de viajar— se puede ir poco a poco ‘metiendo la patita’ en los foros profesionales y pasar de ser quien reclama micro en mano desde el auditorio ¿qué hay de lo mio? — de la farmacia rural, entiéndase— a formar parte de esas mesas de debate y convertir a Sefar en una sociedad ‘representativa y autorizada’ en el sector.

Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla se puede dar día tras día servicio sanitario a su escasa y envejecida población pese a la permanente inviabilidad económica del negocio que propicia que, año tras año, la Administración deba aplicar un índice corrector a su baja facturación pública.

Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla se puede, asimismo, luchar para que se destierre el término de ‘ayudas VEC’ ya que, como quedó demostrado en un estudio de Sefar, estas compensaciones —un máximo de 833 euros mensuales— ni siquiera ayudan a cubrir los costes básicos de abrir la botica (luz, agua, salario base…).

Desde el pueblo más pequeño de la provincia se puede ser farmacéutico y también “psicólogo y chico para todo”. Y es que, donde en otros establecimientos se habla de ventas cruzadas, en la farmacia de El Madroño lo único que se ‘cruzaba’ era una dispensación con el desbloqueo de un móvil a un vecino mayor, peticiones de rellenar papeles… O, simplemente (aunque de simple tiene poco) escuchar batallitas desde el “banco de las penas” instalado en el local.

Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla se pueden consumir libros y libros en la puerta de la farmacia por la ausencia de pacientes mientras suena desde la rebotica AC/DC, Led Zeppelin o Rage Against the Machine o, cuando las ondas lo permiten, Radio 3.

Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla hay tiempo, y sobre todo compromiso, de fundar la Asociación Juvenil de Ayuda Infantil (Ajdai), dedicada a recoger material sanitario pata orfanatos de Tetuán.

Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla se puede dar un trato exquisito a la prensa y seguir ofreciendose “para todo lo que necesites” aún cuando ya has dejado la presidencia de Sefar y la vida te ha ‘obligado’ a estar ocupado en otros (malditos) menesteres.

Por eso, desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla, pero también desde toda España, familiares, amigos, compañeros, vecinos y pacientes lamentan la pérdida de Javier. DEP.

PD: hace 8 años, Javier ocupó también la contraportada de EG en una entrevista ‘A la contra’. Aquella vez reímos más…