Azul, rojo y verde. Tres colores que permitirán identificar medicamentos pertenecientes a tres grupos: antibióticos (frente a infecciones bacterianas), antipiréticos (indicados para la fiebre) y antitusivos (para la tos). La identificación de estos fármacos mediante adhesivos de colores (azules para los antibióticos, rojos para los antipiréticos y verdes para los fármacos para la tos), que además llevarán la “palabra clave” impresa en cada caso (antibiótico, fiebre o tos), forma parte de una campaña presentada por el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León (CONCYL) para promover su uso adecuado entre la población pediátrica.

Así, los objetivos que persigue esta campaña, que se está implantando en todas las farmacias de la comunidad, son evitar errores en la dosificación, confusiones entre distintas presentaciones y problemas a la hora de identificar los medicamentos indicados de forma más habitual a los menores. En definitiva, “facilitar a padres y cuidadores el proceso de la administración de fármacos de los más pequeños y evitar las consecuencias, en ocasiones graves, que se originan por errores de la medicación que se administra a los niños”.

El punto de partida: la dispensación

A través de esta iniciativa, cuando los padres o cuidadores acudan a la oficina de farmacia a por un medicamentos para un menor incluido en uno de los tres grupos, el farmacéutico informará en el momento de la dispensación sobre su uso correcto, detallando su indicación y posología.

De este modo, y con la mirada puesta en promover un uso correcto de la medicación utilizada en pediatría, el profesional ofrecerá las pautas adecuadas tanto a los padres como a los cuidadores para una buena utilización del fármaco. Con ello también se pretende evitar las consecuencias que puedan producirse por un error en el uso de la medicación en niños.

En este sentido, Ana Deza, vocal de Oficina de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Palencia, ha explicado que la campaña nace de los testimonios reales recogidos tras el mostrador de las farmacias: “cuidadores que han equivocado la dosis del antipirético con la del antibiótico, intoxicaciones por exceder la dosificación, presentaciones que nos hacen confundir un fármaco con otro, etc.”.

“En la población pediátrica, las dosis tienen que ser muy precisas porque las intoxicaciones se pueden dar en mayor medida”, ha advertido Deza. Por ello, ha insistido en que a la dispensación le tiene que acompañar una explicación clara sobre la indicación del fármaco y un recordatorio de cuál es la dosis correcta. “Si a eso se suman los nuevos adhesivos que identificarán los medicamentos de más amplio uso, el margen de error será menor”, ha añadido.

En la misma línea ha se pronunciado María Teresa Peláez, vocal autonómica de Oficina de Farmacia, quien ha recordado que el objetivo principal es promover el uso seguro y eficaz de los medicamentos destinados a la población pediátrica. “A día de hoy, la conciliación familiar provoca que sean varios los cuidadores de los más pequeños y que no siempre sea la misma persona la que acude al pediatra y la que después administra el fármaco al menor. Si a pie de mostrador podemos identificar cada medicamento de manera inequívoca y la pauta posológica, se minimizaría el riesgo de errores“, ha aseverado.

Ejemplo para otras comunidades

Esta campaña sanitaria, impulsada por la Vocalía Autonómica de Oficina de Farmacia, cuenta con el respaldo de Laboratorios CINFA. Se ha desarrollado desde la Vocalía de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Palencia y ahora se implanta en las 1.600 boticas de Castilla y León.

La iniciativa nació en la provincia de Palencia, de la mano de su COF, y por su impacto sanitario sobre la población infantil de esta comunidad, el CONCYL ha apostado por su desarrollo desde todas las farmacias de la región. Esta campaña podría extenderse a otras comunidades, pues algunas ya han manifestado su interés por implantarla.


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